La radio en Cuqui Ponce de León

Sin duda alguna, el Premio Nacional de Televisión con que se reconoció a la habanera Celia Sara Ponce de León y Pérez del Castillo en el año 2003, fue un gran acto de justicia que todos aplaudimos aún; lo que no es justo es que no se le reconozca también, al menos no lo suficiente, su impronta para la radio cubana, y el papel que la radio desempeñó en toda su vida y obra, hasta fallecer con 92 años de edad el 4 (el día 5, según Argaín) de junio de 2009.

Cuqui Ponce de León, como se le conoce desde 1944 cuando así firmó su obra teatral El qué dirán (coescrita con Isabel Fernández, esposa de Luis Amado Blanco, asturianos trascendentes en las artes cubanas, igual que de 1946 Lo que no se dice, también dirigida por ambas para el Teatro Auditorium) había nacido en diciembre de 1916 (el día 9 o el 12, según la fuente) de raíz burguesa y mambisa, descendiente del castellano leonés Juan Ponce de León que en 1508 exploró Puerto Rico y en 1513 La Florida, y murió en La Habana en 1521, dejando tres hijas y un hijo.

Cuqui era biznieta del habanero Antonio Bachiller y Morales “Padre de la Bibliografía Cubana”; nieta del abogado, publicista, independentista y director del Archivo Nacional de Cuba, el matancero (Cárdenas) Néstor Ponce de León y La Guardia quien moriría en La Habana en 1899; era una de las dos hijas de Julio Ponce de León y Sarah Pérez del Castillo y Simoni, sobrina-nieta de la camagüeyana Amalia Simoni, esposa del Mayor General independentista Ignacio Agramonte y Loynaz. Su primer esposo fue Herman Upmann, sobrino del banquero alemán Hermann Dietrich Upmann quien creó la marca H.Upmann Tobacco Company, heredero de tal familia entre las más acaudaladas del ramo en Cuba, y tuvieron dos hijas: Celia y Sylvia (“Sylvia Munero”).

Pero lejos de acomodarse a tales herencias y posiciones sociales y económicas, se negó a la pasividad que aquella sociedad imponía a las mujeres, y se esforzó estudiando y aportando al menos algo de entretenimiento, mediante lo que veía como “cultura de una época”, aún con los parámetros empresariales de antaño; por lo que devino actriz, guionista, directora de programas radiales y de teatro, adaptadora teatral y profesora de inglés.

Realmente, su inicio artístico fue en el teatro; autodidacta (Mario Naito López: Cuqui Ponce de León: nombre imprescindible en la historia de la televisión cubana; envivo.icrt.cu, 2009, septiembre 15), leía mucho de teatro, televisión, dramaturgia, iluminación; en los años 40-50 acudía a apreciar los estrenos teatrales de Broadway (New York), y ya en 1943 comenzó en la Comisión de Montaje del Patronato del Teatro (asociación no lucrativa), montando y dirigiendo dos o tres obras anuales entre 1942 y 1959, incursionando en todas sus especialidades y en el grupo ADAD (Academia de Arte Dramático) en la traducción, dirección y montaje.

Así ganó el Premio Talía 1946-1947 por El loco del año (del asturiano –Avilés- Rafael Suárez Solís, que fallecería en La Habana en 1968) y por Sólo por amor (1959), y el Premio ARTIC por Infamia (1955); subió a escena Lecho nupcial (de Jan Hartog, nativo de Países Bajos, 1914-2002, con Carmen Montejo y Eduardo Egea), el clásico francés La Dama de las Camelias, y Mujeres (1958: María de los Ángeles Santana, Manela Bustamante y Raquel Olmedo, en la sala Hubert de Blanck que dirigió 1956-1960, al tiempo que dirigía la Thalía 1956-1959). El relevante crítico habanero Rine Leal Pérez fustigó algunas de sus primeras puestas, pero la reconocería una de “nuestras mejores directoras” por Nacida ayer, del estadounidense Garson Kanin (1912-1999; puesta de agosto de 1959; como es notable, teatro todo muy contemporáneo. En el Ministerio de Educación era Inspectora Auxiliar de inglés. y luego lo fue Provincial (1947-1959).

En la radio

Pero casi paralelamente, desde aquellos mismos inicios teatrales, comenzó activa y triunfalmente en la radio, de suerte tal que ya en 1947 mujer de 31 años de edad, dirigía también dramatizados radiales en Unión Radio, con títulos tales como Un drama cada día y el Programa de cocina de la célebre y tan respetada Adriana Loredo, con su sección fija “El menú de la semana” entre 1946 y 1960 en la habanera y ya tradicional revista Bohemia.

Asimismo, Cuqui dirigió entonces en la misma emisora, un cuadro de comedias y dramas (1948) con artistas tales como Gina Cabrera, Roberto Garriga, Marcial Avellaneda y otros, y en el Departamento de Radio de la Agencia Publicitaria Guastella redactó textos y dirigió radio entre 1949 y 1950.

De ahí el propio Gaspar Pumarejo en persona, dueño de la emisora, la escogió: antes de inaugurar su televisión para que se entrenara en su futuro equipo quince días en Estados Unidos, analizando programas de televisión sobre todo de la más antigua cadena importante estadounidense: la NBC (National Broadcasting Company, que había surgido como cadena radial en 1925 y desde 1937, también de televisión, con raíces y sede en New York), y al regresar, ya Cuqui integraba su primer staff televisual cubano con Erick Kaupp como jefe de programa del canal; Roberto Miranda, Laskar y Yara Rodríguez, ejecutivos y directores; fue así como nació Unión Radio TV Canal 4 (URTV, que integraba Unión Radio que había sido su raíz con Cuqui, Pumarejo y otros; y los canales 2 y 4 de televisión); Cuqui dirigiría programas dramáticos y culturales, y era Jefa de Programación.

A los musicales, entrevistas, paneles, modas, lucha libre, cocina y otros “temas de interés”, que era la programación con que había nacido aquella televisión cubana, al comprobarse el rating de los dramatizados en la competencia que era CMQ-TV, Cuqui convenció a Pumarejo de añadir programas dramáticos, y él la designó a producir y dirigir espacios dramatizados y teatrales; según Antonia Argaín en Cuqui Ponce de León: dirigir hasta en sueños, IBÍD., 2013, Octubre 15, Cuqui entonces “aunaba distinción, belleza, talento, y ese don de mando (…) firmeza, nunca despotismo”.

Fue así y entonces que Cuqui devino la primera mujer en Iberoamérica productora y directora de televisión, a partir de los antecedentes referidos en teatro y en radio; le continuarían Clara Ronay (1896, agosto 27-1965, agosto 28; descendiente hebrea en Cataluña y en Cuba en el mismo URTV) y Mary Zwik, nacida en 1919 (febrero 22) en Países Bajos o Alemania.

En enero de 1951 Cuqui creó y dirigió en vivo el primer espacio teatral en la televisión cubana, estrenado el 12 de marzo de 1951: Scherzo Teatro, obra de 1948 del santiaguero Eduardo (González) Manet (de quien luego dirigiría La primera noche), protagonizada por Vicente Revuelta, Manolo Coego, Julia Astoviza y Pedro Martín Planas; le seguiría el espacio Teatro del Lunes, donde con la ayuda de otros escritores, adaptó a televisión obras teatrales y literarias de prestigiosos autores de todo el orbe; y Fotocrimen RCA Víctor (1951), escrito por Félix Pita Rodríguez (de quien dirigiría La imagen de otro, En el sótano, El regreso, La coartada, El crimen de la mina y El asesino), premiando con algún equipo electrodoméstico de los patrocinadores, a quien del público descubriera al criminal. Dirigió asimismo El programa de Pepsi Cola, Accidente, En la cancha de hand-ball, Retablo, La bolera de los postres Royal, y El otro yo, obra muy original con las dos facetas humanas: la positiva y la negativa, luchando cada una el predominio en cada situación; y estudió Arte Dramático con Erwin Piscator en su Academia New School of Social Research (New York, 1952).

Multiplicando teatros y dramas en el canal 4, dirigió del español anti-franquista Leandro Blanco Curieses (Valladolid, Castilla León 1891-1968): Redención, El pecado de ayer, Remordimiento, La emplazada, La pata del mono, La mujer de tu prójimo, Una cita de amor, El alma de la toga, El despertar, Sol de otoño, El ladrón, Encadenada, En un lugar del mundo y Un empleado ideal; así como Donde se hizo la cruz (Douglas Bronson), Mañana es una palabra (monólogo de 1947 de la matancera –Cárdenas- Nora Badía, 1921-2007), Adaptación (de la habanera María Julia Casanova, 1916-2004, fallecería en Miami), Una voz (del italiano Luigi Pirandello, 1867-1936), Accidente (Jorge Jiménez Rojo), Melodía Oriental (del matancero radicado en Santiago de Cuba Antonio Lloga, 1921-1977), Juramento Trágico (del francés Balzac), Mi hijo y tú (del madrileño José Sánchez Arcilla y García, 1903-1965), y La carta, Baby Hamilton, Una lección de vida, y En mi casa mando yo; y en CMQ Canal 6, la serie humorística hacia 1982 Si no fuera por mamá con guion de Enrique Núñez Rodríguez (de cuyo teatro adaptaría a televisión Aladino y la grabadora maravillosa), que con un elenco estelar ganaría el Premio Girasol de la Popularidad 1983, en la revista promocional Opina, y en sesiones del Festival de Radio y Televisión.

Entre otras, del teatro adaptó a televisión La querida de Enramada (del santiaguero Gerardo Fulleda León, 1989), El tren amarillo (del revolucionario guatemalteco Manuel Gallich, 1950), Cuarto lleno de rosas (de la estadounidense Edith Sommer, 1955 en Broadway), La soñadora (del neoyorkino Elmer Rice, 1945), Pigmalión (del irlandés George Bernard Show, 1913), El hombre que nunca murió (del estadounidense Barrie Stavis, 1972), Variaciones en percusión (del argentino Jorge Díaz Gutiérrez, 1964), Feria Barroca y Pregonero (Arturo Varda), Intimidad de una estrella (a partir de The Big Knife, del estadounidense de Filadelfia Clifford Odets, 1949), Último acto (del portorriqueño-cubano Pablo de la Torriente Brau muerto en defensa de la España republicana, 1901-1936), del francés Guy de Maupassant El legado y Los alfileres (1850-1893), La sentencia (del revolucionario ruso Máximo Gorki, 1868-1936); y El tío Enrique, Te juro Juana, e Isabel va al baile.

En 1952 Pumarejo vendió el canal 4 a Manolo Alonso, y este en 1953 a Amadeo Barletta, que nombró jefe de programas de URTV al compositor, cantante y exactor de cine con cargo en CMQ TV, Ramiro Gómez Kemp, quien quiso cesantear a todas las directoras; negada, Cuquí continuaría demostrando su calidad, tanto en radio como en televisión: en Publicitaria Godoy y Cross produjo y dirigió programas a Unión Radio y a otros canales de televisión; hasta 1955 traducía para doblajes y comerciales; dirigió el primer doblaje inglés-español hecho en Cuba (un filme estadounidense con traducción silábica, y luego le preparaba el texto; 1955). No olvidaría cuando vio la bandera “26 de julio” en lo alto de la torre de televisión.

Dirigió puestas en el Teatro Nacional (1959), institución que en 2002 la reconocería por su “valiosa obra teatral”, y en la sala Atelier; fue actriz de cine (en El joven rebelde, 1960), Jefa de Escena del grupo de Danza de Ramiro Guerra (Teatro Nacional, con gira por Europa y la Unión Soviética en 1961); estudió dibujo, pintura y escultura en la Academia de San Alejandro; fue fundadora primera directora general del grupo teatral Rita Montaner (1962-1968), que en 1987 y 1995 la reconoció con sendos diplomas por sus aportes destacados, colectivo donde estrenó en 1962 Propiedad particular (del camagüeyano Manuel Reguera Saumell, 1959; radicado en Barcelona desde 1970), Sempronio, Ese lunar y Mujeres (María Julia Casanova); 1963: Recuerdo a mamá y Carnaval adentro, carnaval afuera (III Festival de Teatro Latinoamericano, Casa de las Américas); 1964: Arsénico y encaje, La Pérgola de las Flores (de la chilena Isidora Aguirre, 1919-2011, IV Festival de Teatro Latinoamericano; Casa de las Américas) y Las Yaguas (de la habanera Maité Vera, 1931-2016); 1965: Heredarás el viento, La Esquina Peligrosa y Soledad para cuatro (V Festival de Teatro Latinoamericano, Casa de las Américas), El vals de toreador (1966), 1967: El Hotel de Libre Cambio, Historia de un anillo y Escándalo en Puerto Santo; además: Un gallo para la IKU (del matancero –Cárdenas- José Ramón Brene, 1927-1990), La Moral de la Sra. Dulska (de la polaca Gabriela Zopolska, 1857-1921) y Escápate; aunque sin duda alguna, la más recordada ha sido El alma encantada (del francés Romain Rolland, 1866-1044; protagonizada por la impar Margarita Balboa con Martha del Río y Ana Lassalle, telenovela 1968-1969).

Cuqui Ponce de León retorna a la televisión desde 1969 hasta 1989, adaptándole muchísimo teatro (espacio El cuento) y dirigiendo los dramáticos, culturales e infantiles, y el programa de entrevistas Conversando (guion: Ivette Vián, conducido por la actriz chilena Mirella Latorre Blanco, 1976-1987, Tele-Rebelde, CMQ Canal 6), y fue actriz dirigida por directores mayúsculos como Roberto Garriga, Carlos Piñeiro, Severino Puente y Raúl Pérez Sánchez.

Jubilada en pleno brío y potencialidades (1988) despertaba por las noches sintiendo el switcher al concluir un programa (Argaín). Licenciada en Historia del Arte (1976; con 60 años de edad: eterna luchadora), otras han triunfado dirigiendo telenovelas y más, pero aún se ve la dirección solo masculina. Gran Premio Rita Montaner (revista Cinema; Diploma de Honor, 1961), Directora teatral más Destacada (por Árboles sin Raíces), la reconocerían el Instituto Cubano de Radiodifusión (1972, como formadora de actores) y el de Radio y Televisión (Icrt) como su fundadora, y en 1981 por sus aportes durante 30 años, y con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC) por su obra de 20 años (1987), por 30 años en televisión y la Medalla 25 años del Icrt, 40 de la televisión (1990), Sello 50 años de televisión (2000) y Sello del Laureado (2002, SNTC); y el Palacio Central de Pioneros como fundadora (1979) y por sus aportes (1988) y el Movimiento de Artistas Aficionados en 1980 por su 20 aniversario, el Parque Lenin en 1982 por sus aportes en su 10mo. Aniversario.

Asimismo fue agasajada con la Distinción por la Cultura Nacional (1988) y la Raúl Gómez García (1982), y por la Agrupación de Teatro de La Habana, la Dirección Provincial de Cultura y el Grupo Rita Montaner (1988), con la Orden del Sindicato Nacional de Trabajadores de Artes y Espectáculos, la Medalla Pepe Prieto como miliciana fundadora, por Video Mujer al sistematizar la presencia y papel de las mujeres en los medios (1992), y como Miembro de Mérito de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (1999, Uneac, como fundadora, actriz, directora de teatro, radio y televisión, promotora y otros; delegada a su III Congreso en 1982), y con la Medalla 70 años del Museo de La Habana; sobre ella han publicado Mayra Cué Sierra, Rine Leal, Adonis Sánchez Cervera, Lázaro Sarmiento, Mario Naito, Antonia Argain… pero sobre todo, queda imborrable artista guerrera en la memoria histórica de nuestro pueblo por todos los que hemos podido disfrutar de su obra, ejemplo entre las mujeres triunfantes que derrocan todo machismo en la historia no solo de la televisión y de la radio, sino de toda la cultura cubana.

Autor

  • (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

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