Carlos Mas: Consagración por la radio: siempre “Mas”

Josefa, primero que todo debo decirte que es difícil escribir de uno cuando se han dedicado tantos años a reseñar tantas valiosas personalidades de la cultura. Tu petición desde el primer momento me ha hecho pensar ¿cómo y qué podría ser interesante…?

De todas maneras he escrito algunas líneas deprisa y con sonrojo de mis avatares formativos en la vida personal dentro de este mundo artístico que como tú, amamos. Algunas de estas vivencias las redescubro hurgando en mi mala memoria.

Gracias por tenerme presente una vez más. Otras veces desde tu trabajo anterior me lo recordaste en distintas ocasiones, quizá sin percatarme; que algo se ha hecho y lo mejor, que siempre podemos “un poco más”, como dice la canción. Estoy listo para la entrevista.

¿Cuándo Carlos Más, hijo, descubre su inclinación hacia las actividades artísticas?

Desde muy joven sentí inclinación por el arte, ya en la primaria me encantaba escribir ¿poemitas?, algunas líneas hablando de los amores lógicos de la infancia. Sin dudas los pasos de Carlos Felipe Fernández Más, mi padre; como locutor, actor, escritor y director, me conformaron un mundo creativo, en el cual siempre quise desarrollarme.

Momento inapreciable para decir que no se puede escribir la historia de la radio y la televisión, sin mencionar a Carlos Más, padre. El pueblo lo recuerda por su personaje de El cesante, que transforma en Simplicio, después del triunfo de la Revolución. Sin embargo, además de actor, Carlos Más, padre, es un destacado escritor y director que mucho tiene que ver con la transformación de la radio y televisión comercial a unos medios al verdadero servicio del pueblo.

Me percaté muy temprano que él había labrado con mucho esfuerzo y talento un sendero que era sumamente difícil seguir y como segundas partes no son buenas me dediqué a la música, que me apasionaba y me sigue obsesionando hoy día.

¿Cómo lo hace?

Después de algunos indecisos pasos de adolescente en colectivos de aficionados al teatro, me dediqué a la música sobre los 15 ó 16 años. En ello incidió de forma determinante el conocer a un hermano; René Mateos Lugo, después integrante del cuarteto Los Cañas, y más tarde de Yo, Tú, Él y Ella y, finalmente de Tesis. Con René comencé cantando a dos voces canciones de tríos y para poder él realizar la guitarra prima me enseñó a “rasgar”;- de modo febril en mi-, el instrumento que aún hoy me enamora desde un “rincón” muy íntimo y especial.

¿Y puede estudiar música en algún centro o como autodidacto?

A partir de ahí comencé a buscar libros de música y a estudiar como autodidacto teoría de este hermoso lenguaje universal y formé cuartetos vocales en la Víbora, donde residía, con otros buenos hermanos como: Adolfo Costales, Tony Pinelli y Jesús del Valle, “tatica” y a presentarnos donde pudiéramos y desde luego, nos llamaran.

¿Y tienen éxito?

Al parecer no era tan horrible lo que hacíamos ya que todas las semanas teníamos varias presentaciones, lo mismo en hospitales que en escuelas y teatros, para lo cual ensayábamos casi a diario y yo montaba las voces y cree una serie de “cancioncillas” que nos identificaron, además de las versiones que logramos interpretar.

Sucede que Adolfo Costales, quien fue director-fundador del Cuarteto Los Dimos, creado en la CUJAE, (más tarde Dtor de “Mayohuacán” y ahora Productor Musical discográfico) sus padres querían que tuviera un título universitario de alguna carrera seria, (desde tiempos remotos el arte tiene prejuicios desfavorables de los cuales no escapamos) y, junto a Jesús del Valle, comenzaron carreras de Arquitectura e Ingeniería y continuaron allí con el “virus” que les contagiamos René Mateos y yo en épocas de bachillerato.

Y mientras, usted ¿Qué hace?

Por ese tiempo ya me había decidido por este rumbo y, al nacer el Encuentro de La Canción Protesta en La Casa de Las Américas en 1967, llevé dos obras que presenté nada menos que al talentoso maestro Harold Gramatches, director del Dpto. de Música, pero en partichelas de piano. Con ternura, sabiduría y bondad dedicó más de media hora para convencerme de que debía cantarlas yo.

Recuerdo haberle planteado no atreverme, pues siempre había “cantado y tocado” en grupo, que no me sentía preparado para hacerlo solo. Agrego Josefa que yo siempre he sido realmente muy tímido y me hice dueño casi exclusivo de un “terror” escénico, casi pánico. Primero por respeto al arte y aunque “trové” varios años posteriormente, (cuando descubrí que a todos nos sucede igual siempre que pasa lo mismo) nunca me ha gustado escucharme.

Es tan interesante lo que me dice, que ahora no le haré preguntas. Siga con esa confesión.

Como nos decía jocosamente a Vicente, Noel, a mí, a sus alumnos de solfeo el maestro Juan Elósegui; “voz de perro, pero sin ofender a los perros…” Personalmente si lo traduzco podría decir:;“poca voz, pero desagradable”. Así era mi juicio personal sobre mi voz. Con el Profesor Elósegui si mal no recuerdo en 1970, estudié solfeo en un curso para jóvenes autores e intérpretes donde estuvimos: A. Martínez, A. Rdguez, Farah María, el Ctto. Los Dimos, entre otros, y también recibimos clases de expresión corporal y de canto con la profesora Georgia Guerra.

Entonces, ya usted pasa de un autodidactismo a alguien con los conocimientos básicos que le permitan continuar elevando su nivel musical. Cuénteme de esa etapa
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Al terminar las clases Juan Elósegui nos reunía en su casa a: Noel Nicola, Vicente Feliú, en fin, a un grupo que ya hacíamos canciones y “trovábamos” para realizar estudios sobre nuestras canciones. Mostrándonos composiciones de los grandes maestros de la música de concierto; de los diversos periodos del arte; clásicos, románticos, impresionistas, que de un modo u otro utilizábamos en nuestras creaciones, insistiendo en nuestras raíces afrocubanas, sus ritmos, géneros, etcétera. Bebimos con tanta sed de sus enseñanzas como cuando se termina de cruzar el desierto, hoy aun lo recuerdo con agradecimiento infinito y me guía por sus sabias enseñanzas.

Y después ¿cómo se enrumba su vida laboral?

Poco después estuve de maestro de guitarra en Ciudad Libertad y meses más adelante Luís Más Martín, que había asumido como director de Radio Rebelde, -después de haber creado el curso de escritores en el ICR, me avisa con mi papá de que vaya a verlo. A Mas yo le “había descargado” sobre la música en los medios”; criticando la poca o escasa calidad musical de lo difundido, sobre todo de la foránea; que deformó el gusto musical a favor de temas baladíes que aún hoy arrastramos; configurando “esquemas” sonoros que nuestros músicos por mimetismo unas; otras por necesidad de subsistencia adoptaron y que en lo bailable por destacarse llegó a la chabacanería,- hoy de nuevo presente-, con el “mote de cultura marginal…”

¿Y acude al llamado de Más Martín. ¿Qué le propone?

Debo decirte que en 1970, que me dedicaba a trovar en donde se pudiera; un programa de TV,-de los que hice bastantes por cierto para alguien que empezaba así como en programas de radio; en teatros, esquinas y cualquier rincón; como el parque de “Los Cabezones” en la Universidad, -donde nos reuníamos los jóvenes con inquietudes y deseos de hacer algo distinto-, ya tenía al menos ideas claras de cual sería mi empeño futuro. En estos avatares es que Más Martín me convoca para que reúna a los trovadores para que vengan a grabar al ICR para un espacio de media hora diaria en Radio Rebelde. Después me dijo que no iban cuando se les citaba y le expliqué que el “largo del pelo o el ancho de un “pitusa” vetaba su entrada al organismo y me aseguró que eso no sucedería.

Entonces debo inferir que es ahí cuando se produce su entrada a la radio.

Y no te equivocas y lo hice como productor musical para grabarles a mis hermanos de guitarra y canto todo lo que ellos quisieran darnos. Recuerdo y honro la memoria de uno de nuestros mejores grabadores en Cuba, Pepín Carbonell, quien con sabiduría y musicalidad era el grabador en el estudio de público de “Radio Liberación “(CMQ) donde Radio Rebelde en aquellos años tenía algunos horarios.

¿Y cuándo comienza a dirigir un programa en Radio Rebelde?

Después de grabadas las obras a infinidad de trovadores, Más Martín me convence para que yo comience a realizar el espacio, que nombré; “Canción 9.30” por su salida a esa hora de la noche, ya que había grabado y conocía todo el repertorio; incluso el que a través de Silvio Rodríguez logré copiar en el ICAIC con grabaciones del grupo de Experimentación Sonora con la música de sus integrantes, lo cual fue en esos años iniciales del decenio de los 70, una revelación y propuesta creativa y, diría más, “estética” de la canción que se gestaba entonces cada minuto con la revolución.

¿Cuánto tiene que ver Carlos Más, padre, en su formación como guionista y director de radio?

Me enseñó las “herramientas” imprescindibles del diálogo, la utilización de la musicalización, efectos sonoros, el manejo de locutores y narradores a la hora de escribirles y lo que nunca he olvidado, “se escribe para la personalidad que interpreta” el actor o locutor-animador, al igual que cuando se escribe para un oboe, una trompeta o cualesquier otro instrumento en el colorido sonoro de una orquesta. Debo referirte que también empezaba en esos tiempos a escribir mis primeros arreglos orquestales de obras propias para la Orq. del ICRT, labor que a partir de tomar conciencia musical era mi más deseado interés creativo.

¿Qué representa para usted la radio desde ese momento?

Sucede que la radio me fue cautivando por todo el entramado que posee, me empezó realmente a “hechizar”, tanto que para dominar su técnica expresiva le dediqué tantas horas diarias que fui relegando mis pasiones primarias, por las que había llegado al medio y, trovar se convirtió en el hecho aleatorio, necesario pero relegado, pues me realizaba también creativamente exponiendo buenas obras musicales.

En 1973 a solicitud de Más Martín se crea un programa juvenil a las 11 de la noche en Radio Rebelde que nombramos “Estudio 2”, donde comenzamos a divulgar lo mismo a Steve Wonder, Chico Buarque, Mercedes Sosa, el grupo Chicago, Sangre Sudor y Lágrimas que a Silvio, Pablo, Noel, Elena Burke, Los Van Van y el grupo Irakere, que acababa de conformarse.

También se proponía a Benny Moré o Bola de Nieve, lo que provocó comentarios entre muchos compañeros de la época, quienes sustentaban el criterio de que estos espacios juveniles eran para “Baladas” y música con textos menos complejos, como sucedía desdichadamente en el “aparente” gusto de esos años. Por “suerte” fue de aceptación de la audiencia juvenil y general dicho espacio.

¿Y en aquel momento lo que ustedes hacen tiene influencia en el resto de la programación musical?

Después me enteré que el comandante Jorge Serguera, Director del ICR y Más Martín habían trazado este espacio en Radio Rebelde como contrapropuesta a lo que sucedía en el ambiente sonoro de la radio nacional, plagado de programas dedicados a la juventud con música foránea que no respondía exactamente a los patrones culturales que se quería alcanzar, es decir, a lo que se planteó sabiamente en el Congreso de Cultura de 196 .

Con esas ideas tan claras sobre lo que debe hacer la radio, asume alguna responsabilidad.

Es en 1974 que se me solicita que asuma la dirección del Dpto. de Música de Radio Rebelde, donde junto a realizadores de la talla de Luís Grau Jover, los más jóvenes como: Jorge Luís Valdés Val, Pedro Rafael Cruz, Jaime Almiral Suárez y yo, asumimos el reto de incidir con otra propuesta sonora, con un perfil más cualitativo en relación con textos y música. Por esa época se nos suma el hoy talentoso Ramón Espígul, a quien le encomendé por sus inquietudes, inteligencia y buen gusto su primer programa como director en la radio cubana, -laboraba en oficinas, pero cada vez que tenía algún tiempo se “corría” para ediciones y grabaciones-, y por suerte contamos hoy día con un magnífico realizador.

Ya Creado en Manzanillo (1972) el Movimiento de la Nueva Trova, en 1974 se hace una reunión nacional en Camagüey, seleccionan a varios compañeros para dirigir desde el comité Nacional de la UJC a este grupo especial de trabajo creado y Noel Nicola, Tony Pinelli, Adolfo Costales, Jesús del Valle, “Tatica” y yo, fuimos los encargados por los trovadores del país de representarlos y organizar lo que ya era un hecho pujante pero disperso en el país; con nombres incluso ya reconocidos en el patio y el extranjero por la alta calidad y novedosa propuesta de su obra.

Entonces usted es de los que siempre tratan desde la radio de contribuir a la elevación de lo mejor de la cultura general del país. ¿Cómo lo aprecia?

Estas bases y conceptos estéticos han regido siempre mi trabajo en general ya que por inquietudes creativas lógicas, aunque me he dedicado a programas musicales, también he escrito dramatizados, humorísticos, especializados en diversas materias, además de dirigirlos. Recuerdo “Al Sexto con Ritmo” en Rebelde, durante la campaña por el sexto grado; escrito por Ángel Daranas, con las actuaciones de Luís Alberto Ramírez (El Guajiro”) Elvira Cruz, Yolandita Ruiz, Reinaldo Miravalles; donde escenificamos incluso fragmentos de obras como: “Abdala” de José Martí o se leía poesía para explicar gramática. También se creó que el primer programa dedicado en la Radio a “La Nueva Escuela”, (Secundaria Básica en el campo) Noticiarios y revistas informativas como: “Cuba en el Mundo”.

Eso es una panorámica de la década del 70. ¿Hábleme de los 80?

En 1983 Julio Batista,- a quien ya conocía de los Encuentros de la Canción Protesta en La Casa de Las Américas”, inicia “Ayer, Hoy y Mañana” en Radio Progreso, y me solicita le produzca musicalmente la revista y como en 1980 me contrató como director, el jefe de musicales; José “Pepe” Rodríguez, quien hacía algunos años quería sumarme a Progreso.

Entonces es a partir de esa fecha que Radio Progreso conquista a Carlos Más, puede afirmarse que hasta el día de hoy.

Efectivamente. También alrededor de 1985 en Progreso inicio el noticiario cultural; “Notimusical” a las 7 de la noche, que dirigía y redactaba diariamente junto a Jorge Luís Valdés Val y un año después el compañero Juan Antonio Pola, director de CMBF, me pide un noticiario parecido con el perfil de esa emisora para las 6 de la tarde, que realizamos con el título de “Noticultural”, que aún se mantiene en el mismo horario.

Conozco que también cubre, también como periodista, eventos culturales desde el exterior. ¿Cómo es la experiencia?

En el año 1983, ya en Radio Progreso, se me asigna la misión de ir a cubrir el aniversario de MPLA, en Angola, donde pude hacer algunos reportajes en ese hermano pueblo, entrevistamos al Ministro de salud, al del trabajo y cubrimos el discurso central del presidente José Eduardo Dos Santos y asistí a la creación de una especie de comités de defensa de la revolución de Angola.

También como periodista y realizador asistí al XV Festival de la Canción Roja, en Berlín, RDA, en 1985; donde participaron representaciones artísticas de 53 países de todos los continentes, entre ellos: Atahualpa Yupanqui, El Quilapayún, el cantor catalán; Pi de la Serra; a quien conocí cuando trovaba en una grabación de los años ´70 para Radio Habana Cuba. Pi era integrante del grupo de los “7 Jueces”, donde formaba filas Joan Manuel. Serrat. También al festival asistió Peter Seeger, y pudimos entrevistar a los padres de Tamara Bunker.

¿Recuerdas quiénes participan representando a Cuba?

Por Cuba estaban Silvio Rodríguez y Afrocuba, que habían iniciado labores en conjunto en Varadero 1982. Por cierto, la madre de Tamara le dijo a Silvio, que se parecía a Carlos Gardel, recuerdo que nos miramos…Sin comentarios, ¿verdad.?

Menciona el Festival de Varadero 1982. Hábleme de este momento también importante para la cultura cubana.

El Festival Varadero ´82, dedicado al X Aniversario del Movimiento de la Nueva Trova, fue una verdadera eclosión cultural donde las más disímiles formas de la cancionística tuvieron una representación fundamental; cantores, autores, músicos destacados de varios países asistieron. Desde ese escenario junto a Julio Batista transmitimos muchas entrevistas y comentarios relacionados al evento por su alta significación desde todo punto de vista, donde también, -como cada día aun hoy-, gané en conocimientos y experiencia junto a este talentoso y destacado realizador de la radio cubana.

Recuerdo que después a usted se le envía de nuevo a Berlín.

En 1986, regresamos a Berlín al mismo evento de la Canción de Berlín, ya que nuestra labor allí como periodista el año anterior, entre 51 países representados como prensa, fue destacado y celebrado por la Redacción Internacional del país en un desayuno de despedida de la prensa acreditada al Festival y así quedó abierta la puerta para que después Radio Progreso y la Radio Cubana participara varios años.

¿Tiene algunas experiencias como realizador para la Televisión Cubana?

Alrededor de 1984 comenzamos un espacio para la TV como guionista junto a Pepe Rodríguez con el director Julio Pulido. Se trataba de un programa conjunto entre Radio Progreso y Telerebelde que se nombró “TR-RP”, donde quizá nació al quehacer habitual, -de modo incipiente, los video-clip cubanos de agrupaciones y solistas. Era un momento en que la TV solo presentaba a solistas y comenzamos a exponer también agrupaciones, conformando una lista de temas éxitos que eran del programa juvenil “Aquí Estamos” que yo dirigía en Progreso, uniéndolo al de TV.

A su juicio ¿Cuáles son los principales logros del binomio Progreso-Telerebelde?

Se dieron resultados realmente interesantes, desde volver a colocar en la preferencia popular al Conjunto Roberto Faz con “El Menú”, o a Los Van Van con “Después que te casaste”, a Pablo Milanés, Miriam Ramos, en fin; la música cubana en la preferencia del pueblo se acentuó y se equilibró en cierta medida con la presencia de la Salsa y otros intérpretes y agrupaciones extranjeros.

Usted es un realizador y director de éxito en los medios audiovisuales y sé que sus vivencias bien podrían ocupar las páginas totales de SON ROSTROS QUE SE ESCUCHAN. Por eso quiero que me sintetice otros espacios que cuentan con su talento creador.

Un “programita” que me daba mucho trabajo pero asumí con gran rigor como comentarista y director sobre el año 1983 más o menos, durante diez años fue “Hablemos de Música”, de crítica musical, que siempre se dirigió a expandir gustos, destacar, informar y señalar virtudes y defectos de lo que acontecía en el mundo de los sonidos ordenados, en particular de la música popular.

Otro espacio importante fue “Nosotros la Música” (Gran Premio 1987 en el Festival de la Radio y Premio Caracol) que realizaba con Guido López-Gavilán, dedicado a Grandes Maestros Universales de la música de concierto, clásica o como se quiera llamar. De mi trabajo más reciente en la Radio tú lo conoces, diez años al frente de “Alegrías de Sobremesa”; este espectáculo humorístico-musical diario en “vivo” de tanta complejidad y aceptación de la radio audiencia nacional por más de 40 años. También asumí hace como 10 años La Discoteca Popular.

Gracias Carlos, sé que su modestia no permite que digas que Alegrías de Sobremesa y la Discoteca Popular, son dos de los programas de mayor audiencia nacional, desde hace tantos años. Y no por gusto. De estos dos programas hablamos en obras anteriores con Alberto Luberta y Eduardo Rosillo, también dos pilares de la Radio Nacional, que inician estas obras que usted sabe continuar con tanto éxito. Pero para finalizar. Hábleme de sus obras musicales. Porque como oyente de la radio, también las disfruto.

Grabé para la EGREM como intérprete, autor y orquestador tres de mis obras: “Carta de un emigrado”, (LP. Dedicado a Puerto Rico, 1974) y, “Cuando el amor se hace lid” así como: “Puede ser en tu mano”, (LP. Forjadores del Futuro, 1975) y también para la Orquesta ICRT; Versos Sencillos de J. Martí, con el título de “Cuando me vino el honor”, musicalizados, orquestados e interpretados personalmente.

En la actualidad hay grabadas además; “Devuélveme el amor”, Grupo Mi Gente, para Abdala y una versión de este Bolero-Son con orquestación mía para Waldo Mendoza. También un bolero-Chá: “Pienso que te sueño” para Rogelio Rivas; “Canta amor”; para Carlos Carlos, y el grupo Sur Caribe de Ricardo Leyva grabó para la EGREM; “Y si miro al mar, mujer”, así como el Grupo. La Calle, “Llévame entre tus sueños”. Para la misma casa disquera, otras son; “Ya no aguardo más” en versión de Luís Frank y otra por la Orq. Fiebre Latina.

Por sus grandes aportes a la cultura le es conferida entre otros reconocimientos La Distinción por la Cultura Nacional.

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