30 de julio, día de nuestros mártires

Reconforta ver hoy en nuestras calles a adolescentes y jóvenes que disfrutan un futuro donde su preocupación mayor consiste en la superación científica, técnica y cultural, para que este pueblo al cual pertenecen -y ellos mismos- disfruten de la justicia y el bien social por el que tantos lucharon un día.

Las aulas, desde la primaria hasta las universidades, garantizan hoy espacio para todos, porque sin importar edades ni otra condición, la realización de los sueños es en Cuba siempre posible.

Los adolescentes y jóvenes de la Generación del Centenario tuvieron otras cosas en qué ocuparse. En medio de un ambiente hostil y corrupto, las posibilidades de estudio resultaban escasas y, a la par con ellas, las de obtener un trabajo digno.

Eso explica por qué aquellos jóvenes parecían en las fotos tener mayor edad. El compromiso con la Patria les hizo madurar temprano y poco tiempo tuvieron a su alcance para disfrutar, a pesar de que fueron como todos los seres humanos, soñadores y con proyectos de vida.

El 30 de julio de 1957, hace exactamente sesenta años, fue asesinado Frank País García, joven revolucionario y maestro de apenas 22 años quien a tan corta edad  dirigiera el Grupo de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba. En el emblemático Callejón del Muro de la Ciudad Héroe, las hordas de la tiranía le dieron muerte a él y a Raúl Pujol.

Fue un golpe doloroso para la causa liberadora, al extremo de que, al enterarse, nuestro líder eterno Fidel Castro, con ira y dolor, escribió: «No puedo expresar la amargura, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros, lo cazaron en la calle cobardemente valiéndose de las ventajas de que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino! ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado…»

Un año después, el 30 de julio de 1958, cayó en combate durante una acción en la Sierra Maestra René Ramos Latour, el joven que había sustituido a Frank País en la clandestinidad tras su asesinato.

El día de su muerte René era jefe de la Columna No. 10 del Ejército Rebelde. Su vida en la clandestinidad se había hecho prácticamente imposible y la Dirección del Movimiento decidió su incorporación a la lucha en la Sierra, donde Fidel le confió el mando de la nueva Columna Rebelde.

En julio de 1959 el propio Fidel explicó el porqué del 30 de julio como Día de los Mártires de la Revolución.

Reunido en Santiago de Cuba con familiares de los caídos por la Patria, dijo el líder de la Revolución Cubana que “…es lógico que el 30 de julio se venga a conmemorar a Santiago de Cuba…porque el Día de los Mártires es también el día de la ciudad mártir de Cuba, de la ciudad que a lo largo de la historia, desde la lucha por la independencia, ha demostrado la más extraordinaria dote de patriotismo, la ciudad entusiasta, la ciudad que ha estado a la cabeza, junto con las demás ciudades de la provincia».

Por razón tan contundente, en1959 los miembros del Consejo de Ministros, se reunieron de manera solemne en el antiguo edificio del Cuartel Moncada para declarar el 26 de julio como Día de la Rebeldía Nacional, y el 30 como Día de los Mártires de la Revolución Cubana.

Fechas para recordarlos a todos; desde las lejanas jornadas de 1868 y 1895; las del 30 contra el Machadato y el injerencismo yanqui; las de la etapa que en los 50 nos trajo la independencia definitiva.

Día de los Mártires para honrarlos, perpetuarlos con el merecido respeto y hacer que por siempre vivan en el alma de la Patria orgullosa.

En memoria a todos ellos por su entrega sin límites, exclamamos como poéticamente escribiera Martí en 1872: «Cuando se muere en brazos de la patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe, comienza al fin con el morir, la vida». (*)

(*) A mis hermanos muertos el 27 de noviembre. José Martí. Madrid, 1872. En mi pecho bravo, pág. 33, Editorial Gente Nueva, 2010.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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