Ella era la elegancia, la experiencia, el servicio inclaudicable. Ella llevaba la radio en la sangre, en la mirada. Creció y nos hizo crecer con ella: de copista a productora, a directora, a maestra, a leyenda. En los estudios de Radio Progreso han de quedar prendidos para siempre sus gestos, sus palabras.
Supo insuflar pasión y disciplina a la familia que fundó junto a Alberto Luberta, aunque de San Antonio a Maisí reconocían su nombre, la querían. Ella dejó por doquier ejemplos de grandeza: en el arte y en los gestos cotidianos.
Nunca olvidaré aquél impensable, hermoso regalo suyo desde las redes sociales. En 2021, cuando gané el Premio Nacional de Periodismo Cultural, ella sustituyó su propia foto por la mía. Era su manera de abrazarme, me dijo.
El guionista y actor Ángel Luis Martínez, ligado a ella en múltiples ocasiones, se niega a hablar en pasado: “Caridad te abre todas las puertas, te muestra el camino y te cumple los sueños. Su verdadero empeño es la obra de los demás, más que la suya propia. Trabajar con ella es un aprendizaje certero de la disciplina, la entrega y la radio verdadera”.
El radialista Adrián Quintero, uno de sus alumnos, apunta: “Caridad fue colega, maestra y casi una madre para muchos. Defendió la radio como pocos en el ISA. «Compartí con ella y con Luberta tantas veces… Recuerdo gestos suyos que dicen de su modestia y bondad. Hace ocho años, durante el sepelio de Luberta, tuvo un espacio para interesarse por la defensa de mi tesis de maestría en la que él fue un colaborador esencial. A pesar de su dolor, se acordaba”.
La trayectoria de Caridad Martínez González (1944-2025) está ligada indisolublemente a Radio Progreso, a su programación musical, variada, y especialmente a la dramatizada. El espacio Novela Cubana fue uno de sus epígonos. Su contribución fue decisiva en cursos de superación en todo el país, el jurado del Festival de la Radio y la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) de la Universidad de las Artes en Cuba.
Se va una gran dama de la radio cubana. Su nombre es símbolo del servicio inclaudicable a la cultura cubana, a su país.
En Video: Caridad Martínez participa con profunda emoción en la transmisión del último programa «Alegrías de Sobremesa» luego de 50 años ininterrumpidos Al Aire.