Apolíticos

Usted no lucha, no denuncia, no le importa, entonces debe resignarse a que la injusticia y la maldad humana imperen sobre su cabeza y la de sus familiares con el consiguiente sufrimiento, marginación y obediencia al mismo amo que lo desprecia.

En cierta ocasión el gran amigo de Cuba, Frei Betto, afirmó una verdad como el sol: «¿Que a usted no le gusta la política? No sea ingenuo: quien se aparta de la política será gobernado por aquellos a quienes sí les gusta. Precisamente, lo que los políticos corruptos desean es que la omisión de usted asegure la perpetuación de ellos en el poder».

Es decir, sentirse ajeno es una posición que el imperio, sus secuaces más cercanos y gobiernos títeres agradecen profundamente, porque como a usted no le interesa entonces se les abre el camino aún más para continuar explotando a los más débiles, y lo que es peor, aumentando su predominio de destrucción y muerte, y así elevando las ganancias del 1% en detrimento de los que siguen durmiendo debajo de los puentes en el país más poderoso del mundo, u otros millones que en todo el orbe tienen que salir a la calles de grandes ciudades para exigir sus derechos más elementales.

Pero hay muchas más aristas del mismo fenómeno, como por ejemplos: usted y su familia deben continuar padeciendo sin salud, ni educación, ni respeto a su dignidad como ser humano y enfrentando a diario la marginación más cruel. Usted dejará de ser persona para convertirse en un simple y rudimentario ser que solo debe obedecer y resignarse como objetivo supremo de su vida.

Revisando datos impresionantes de hace algunos años, elaborados por diversas organizaciones internacionales, incluyendo la ONU, se comprueba que: millones de seres son desnutridos críticos; no tienen acceso a medicamentos ni agua potable, viven en viviendas precarias, son analfabetos, los índices de mortalidad infantil  pavorosos,  y niños y niñas trabajan como esclavos en tareas peligrosas e, incluso, como soldados y prostitutas.

Otro terrible datos es que entre 1988 y 2002 el 25% más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde 1,16% al 0,92%, mientras que el opulento 10% más rico acrecentó sus fortunas, pasando a disponer del 64,7% al 71,1% de la riqueza mundial.

Todo lo anterior es lo que puede ofrecer el capitalismo a la humanidad. Y tenga en cuenta que estos pocos datos son únicamente un simple botón de muestra de tanta maldad y egoísmo humano.

Créame, un apolítico es, esencialmente un siervo, y como tal solo obedece. Alguien que luche por un mundo más justo donde no exista el egoísmo humano merece todo el respeto y admiración. Son ellos, en definitiva, los que fundan.

«Los pueblos, como las bestias, no son bellos cuando bien trajeados y rollizos, sirven de cabalgadura al amo burlón, sino cuando de un vuelco altivo desensillan al amo», José Martí.

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