Viajo al pasado, mi mente se desplaza por aquellos días en que los medios de comunicación hacían zafra acerca de la muerte de la Princesa Diana de Gales en un accidente automovilístico en la ciudad de París. Como un torrente se informaba posibles causas del hecho, incluyéndose la posibilidad de un complot para asesinarla, planeado por la propia familia real. En definitiva, muchos días en cobertura informativa del hecho, junto –claro está- a otros materiales dedicados a adormecer las mentes cautivas, y así desviar la atención de sucesos que causan grandes desgracias a esta humanidad.
Sin embargo, los mismos medios de comunicación ocupados de tantas sandeces, chismes, y noticias llamadas basura o de engaño, no hablaban, por supuesto, de la madre africana o haitiana que murió de hambre junto a su hijo, solos en medio de la más espantosa soledad, y mucho menos de las causas, las mismas que esconden para que no se vea el atropello a la dignidad de los seres humanos. Es que lo importante para el mundo rico es destacar las “virtudes” de un gran emprendedor como Elon Musk, algo así como un ejemplo para el desarrollo de los pueblos; y que nadie dude que algún personajillo de pacotilla lo proponga para Premio Nobel de la Paz, porque ha logrado su enorme fortuna “con el sudor de su frente”.
Cualquier persona honesta de este mundo puede sentir como propio el dolor por la muerte de infelices seres humanos a causa del egoísmo y el desenfreno por la conquista del poder, no para favorecer el desarrollo y la paz de los pueblos, sino para aplastar cualquier intento de rebeldía. Un único ejemplo puede ser el actual genocidio que practica Israel contra el pueblo palestino.
Los medios imperiales han llegado a convertir a Palestina en victimario y a Israel como víctima. Ojalá que cuando se publique estas palabras se haya logrado la paz.
Tengo la obligación de respetar a los miles de seres que acudieron a homenajear a la Princesa en el 12 aniversario de su muerte. Pero no puedo evitar imaginarme a millones frente al edificio de las Naciones Unidas para recordar a los que han muerto a consecuencia del mundo rico en su loca carrera por la supremacía.
Si ellos derrochan fortunas asombrosas para la vanidad estúpida, como puede ser el caso de una artista de la farándula regalándole un auto de lujo, valorado en 2 millones de dólares a su novio. ¿Conocerá esa dama que por hambre seis (6) millones de humanos mueren cada año; y un niño por el mismo motivo cada 15 segundos? (dato oficial 2010)
En cierta ocasión el reconocido intelectual Atilio Borón, afirmaba de manera brillante que: “Si no se combate la pobreza, ni se habla de erradicarla bajo el capitalismo, es porque el sistema obedece a una lógica implacable centrada en la obtención de ganancias, en la concentración de las riquezas, y en el aumento incesante de la pobreza y la desigualdad económico-social”. –Vea usted: mueren al año once (11) millones de personas por hambre en el mundo; 119 millones son subalimentados; 320 millones carecen de dinero; y 312 millones no tienen techo.
Al respecto, se me ocurre una muy sencilla formulación que, de forma no académica, descorre las cortinas del egoísmo humano: “el enriquecimiento de unos pocos tiene como su reverso empobrecer a muchos”.
“El egoísta es dañino, enfermizo, envidioso, desdichado y cobarde” José Martí