Celia, la audaz luchadora

Desde el 9 de mayo de 1920, cuando vio por vez primera la luz de un nuevo día, Celia recibió en su hogar las más elevadas ideas de justicia y dignidad humanas.

Como una de las primeras en apoyar la Revolución encabezada por Fidel, se erigió fundadora y dirigente del Movimiento 26 de Julio en el territorio sur de la antigua provincia de Oriente.

Aprovechando su audacia, su prestigio y el de su familia, Celia ejecutó un formidable trabajo de organización insurrecta, primero bajo el seudónimo de Aly, y el de Norma, después.

Cuentan los que la conocieron, que siempre mantuvo la misma sonrisa y simpatía, cualidades que le valieron en su abnegada lucha.

La fibra más íntima de la Revolución Cubana

El 28 de mayo de 1957, día en que el Ejército Rebelde conquistó su mayoría de edad, el fusil de Celia fue uno de los que disparó contra el cuartel del Uvero.

Dos meses antes, la manzanillera se había convertido en la primera mujer que integró las entonces reducidas filas de la guerrilla, y luego, junto a Fidel, se convirtió en una de las creadoras del pelotón femenino Mariana Grajales.

Más acá, en las funciones que desempeñó en el Estado revolucionario, como miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y diputada a la Asamblea Nacional, Celia trabajó con ahínco y eficacia. Su huella creadora puede encontrarse hoy en diversas obras de las que fue fiel promotora.

Sin dudas, Celia Sánchez Manduley, quien murió un día como hoy hace 37 años, devino la fibra más íntima y querida de la Revolución.

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