Cuba-Estados Unidos, un año después

En este período, el restablecimiento de relaciones diplomáticas se concretaba después de una ruptura unilateral dictada por el presidente Dwight Eisenhower en enero de 1961.

La apertura de embajadas se producía bajo la égida de los principios del Derecho Internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y de las Convenciones de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas y Consulares. Para el acontecimiento, el secretario de Estado John Kerry visitó La Habana en lo que constituyó la primera visita en siete décadas de un diplomático estadounidense de su nivel, luego de que Edward R. Stettinius estuviera en la capital en marzo de 1945, bajo la administración del presidente norteamericano Harry S. Truman. 

Desde el inicio de las conversaciones, Cuba ha esclarecido que un tópico es el restablecimiento de relaciones y otro la normalización de las mismas, lo cual no sería posible mientras permanezca vigente el bloqueo.

Por cierto, recientemente el periódico The Washington Post realizó un sondeo entre estudiantes universitarios que arrojó que ocho de cada diez favorecían la eliminación de las sanciones a la mayor de las Antillas.

Pendientes

Los Departamentos del Tesoro y Comercio anunciaron en Washington, en enero y septiembre del pasado año regulaciones respecto a Cuba que intentan atenuar los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero. Las normativas y autorizaciones anunciadas se referían a viajes, telecomunicaciones y servicios de Internet, transacciones financieras y comerciales, representación física de negocios de Estados Unidos en Cuba, comercio, remesas, servicios legales, actividades educacionales, servicios médicos de emergencia y ambulancias aéreas, y proyectos humanitarios.

También entró en vigor la eliminación de los límites monetarios a las remesas desde Estados Unidos a Cuba y la autorización del envío de remesas hacia los Estados Unidos por ciudadanos cubanos desde Cuba y terceros países.

No obstante, en cuanto a los viajes de los estadounidenses a la isla, continúan prohibidos los turísticos, a pesar de que a las 12 categorías autorizadas (1), ahora se les permite visita a Cuba junto con sus familiares cercanos. En tal sentido varios sectores de la nación norteña reclaman que se permitan los viajes individuales, los llamados “pueblo a pueblo”.

En general las medidas demuestran que exclusivamente se favorece a un sector determinado de la población cubana y a los intereses estadounidenses.

Algunos analistas opinan que si Obama no avanza en la adopción de nuevas acciones ejecutivas, en particular autorizar el uso del dólar en las transacciones financieras y comerciales, se afectarían los intereses de los sectores económicos y se frenaría el impacto de las medidas adoptadas. También la posibilidad de acceder a créditos internacionales y financiamientos siguen estando ausentes en las medidas promulgadas.

Si bien el Congreso de Estados Unidos (2) es el órgano facultado para decretar el fin del bloqueo, ello puede estar precedido por la desintegración de las restricciones que conforman esta política, a través de acciones ejecutivas del Presidente.

La devolución de la Base Naval de Guantánamo y la adecuación de la política migratoria hacia Cuba son otros temas que permanecen priorizados en la agenda cubana.

El futuro

Transcurre un año en el cual se desarrollan las elecciones generales en Estados Unidos y el tema de Cuba no escapa a ese influjo.

Según entrevista concedida a la Agencia Cubana de Noticias por Josefina Vidal, directora general del Departamento de Estados Unidos de la Cancillería cubana: “No imagino a un nuevo presidente, sea quien sea, diciendo que romperá relaciones con Cuba y cierre su embajada. Hay otros temas en los que podrían retroceder, como la cooperación en distintas áreas, derogar algunos de los instrumentos adoptados por decisión ejecutiva o por la vía de la inacción vaciarlos de su propósito”.

“En la medida en que Obama de pasos acelerados en el área económico-comercial estará asegurando, si bien no totalmente, la irreversibilidad, porque en ese país los negocios son una de las esencias del funcionamiento del sistema”.

Al decir de Vidal existen temas de seguimiento como el acuerdo para los vuelos regulares directos, que se adoptó ad referéndum y ahora hay que cotejar los textos. Después las aerolíneas estadounidenses deberán establecer contratos con Cubana de Aviación, el Instituto de Aeronáutica Civil.

Otro resultado importante será el inicio de los vuelos para la transportación del correo postal. También se deberá acordar este 2016 un instrumento para formalizar la cooperación en el enfrentamiento al narcotráfico, así como continuarán las conversaciones en materia de terrorismo, en el combate a la trata de personas, el fraude migratorio y en asistencia judicial, entre otros asuntos. 

Notas.

1-       Esas medidas autorizaron viajes a Cuba para categorías específicas, como viajes familiares, oficiales, periodísticos o con fines investigativos, educativos o humanitarios.

2-       Con la firma de la Ley para la Libertad y Solidaridad De­mocrática Cubanas (conocida como Ley Helms-Burton) por el presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, quedó codificado en ley el bloqueo contra Cuba y la madeja de órdenes ejecutivas que lo sustentan. De esta manera, las prerrogativas del Presidente para conducir la política exterior hacia Cuba fueron traspasadas al Congreso. No obstante, solo existen cuatro aspectos en que el mandatario no puede actuar, pues requieren la acción congresional para su eliminación o modificación por estar regulados en leyes estadounidenses. El primero es la prohibición a subsidiarias de Estados Unidos en terceros países a comerciar bienes con Cuba, recogida en la Ley para la Democracia Cubana de 1992 (Ley Torricelli). El segundo es la imposibilidad de realizar transacciones con propiedades norteamericanas que fueron nacionalizadas, lo cual está prohibido por la Ley Helms-Burton. Otras dos prohibiciones fueron incluidas en la denominada Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones del 2000, que impide a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba con fines turísticos y obliga a la mayor de las Antillas a pagar en efectivo y por adelantado por las compras de productos agrícolas estadounidenses. Fuera de estas cuatro restricciones, el Presidente puede acudir a sus prerrogativas ejecutivas para modificar la implementación de la política de bloqueo.

 

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