Cuba: El plan de todos

La discusión, que debe dejar atrás el formalismo y la rutina, tiene que servir para hallar fórmulas que permitan mejorar los niveles productivos, elevar el ahorro y encontrar salidas para la exportación.

Los trabajadores, que están en cada rincón de fábricas, talleres, vaquerías y sembrados, son quienes más conocen qué maquinaria hay que afinar, cuál tornillo cambiar o dónde las tierras son más fértiles. Ese conocimiento, asentado en el actuar cotidiano, es el que permite modificar los procesos productivos para hacerlos más eficientes.

Hace unos meses, el Viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, decía que la situación actual de la economía es reversible, pero que para hacerlo hay que cambiar la manera en que hacemos las cosas.

Precisamente ese cambio es el que busca la discusión en los centros laborales del Plan de la Economía para el presente año y la única forma de lograrlo es explotar las potencialidades internas.

Por eso, directivos y trabajadores tienen que identificar las fortalezas en cada territorio y empresa en busca de encadenamientos productivos y del necesario aumento de las exportaciones.

El país, la sociedad, las familias, cada uno de nosotros, necesitamos alcanzar la ansiada prosperidad que no caerá del cielo, sino que es fruto del trabajo colectivo y del mejoramiento de un Plan que es de todos.

Autor