Estados Unidos: ¿Sólo para “blancos”?

La perspectiva fue comentada este lunes, entre otros, por una columnista del Nuevo Herald, Fabiola Santiago. Ella escribió, el proyecto migratorio de Trump busca «hacer a Estados Unidos blanco de nuevo» y que solo hable inglés.

Además, si lo aprobaran, nuestra actual ciudad de Miami no existiría. De hecho, añade, la idea de esa reforma del presidente cierra las puertas a personas como los cubanoamericanos que votaron por él.

Igual sucede con sus partidarios latinos y haitianos, y haitianos, tercos en su respaldo a un presidente «cuya agenda blanca-supremacista, y antiinmigrante», es una cachetada en el rostro de un país diverso y una afrenta a los valores con que lo fundaron.

Aquí Fabiola Santiago hace un alto para preguntarse: ¿Qué puede esperarse de una administración que separa a niños estadounidenses de sus padres y lanza una iniciativa cuyo blanco son las minorías?

La Ley Raise reduciría la inmigración legal en un 50 por ciento durante los próximos 10 años, y les daría prioridad a las habilidades por encima de la reunificación familiar, abandonando así la sacrosanta política migratoria de Estados Unidos.

Con tono sarcástico Fabiola Santiago dice: El presidente podría también desmontar la Estatua de la Libertad, y devolverla a Francia.

En otro momento alerta, lo que el plan Trump busca es cambiar nuestro rostro racial y étnico, así como escribir un nuevo discurso sobre quiénes somos y qué defendemos. A continuación sentencia, «Trump quiere que, otra vez, Estados Unidos sea blanco» y monolingüe.

Asimismo agrega, después de un largo camino, contempla poner en vigor una política supremacista en solo ocho meses de gobierno.

Hay un pequeño detalle no en sintonía con tal pretensión, el pueblo estadounidense, en su conjunto, nunca ha favorecido las posiciones extremas.

Menos aún el sector intelectual y artístico más esclarecido, cuyos tropiezos con el buey de oro que deambula por la Casa Blanca son ampliamente conocidos.

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