Como aseguró recientemente el analista Emir Sader en un artículo publicado por el diario argentino Página 12, ahora Lula no sólo está suelto, es libre.
Listo para la pelea
Y como no podía ser de otra manera, también comenzaron a barajarse las posibilidades de que participe como candidato a la primera magistratura en las elecciones de octubre de 2022, donde ya el actual jefe de Estado, Jair Bolsonaro, dijo que aspirará a la reelección.
No hay nada oficial respecto al fundador del Partido de los Trabajadores, PT, pero en declaraciones a una radio argentina dijo: «Yo estoy vivo, entero, tengo una energía de 30 años y estoy listo para la pelea. Si es necesario para derrotar a un fascista como Jair Bolsonaro, seré candidato a presidente».
Todavía hay un largo camino que recorrer de aquí el 2 de octubre del próximo año y no cabe la menor duda de que la derecha política, apoyada por el empresariado conservador y los medios de comunicación, harán todos los esfuerzos para evitar que Lula participe en los comicios.
Y es que todos saben en Brasil que Bolsonaro, aunque conserva un importante caudal de votos, está cayendo en picada debido a la grave crisis sanitaria causada por la covid-19, a la que insiste en enfrentar con métodos reñidos con los conocimientos científicos y el sentido común.
En estos momentos en el Gigante Sudamericano la suma de infectados desde el inicio de la pandemia es de 14 millones de habitantes, con la lamentable cifra de más de 372 mil fallecidos, un indicador que sólo está por detrás de Estados Unidos donde se rebasa ampliamente el medio millón de muertos.
Crecen los lugares donde los hospitales están saturados y prácticamente no hay camas en las salas de terapia intensiva, donde faltan insumos indispensables, entre ellos el oxígeno medicinal.
Ante el Congreso se presentaron más de 100 solicitudes para que se investigue al jefe del Ejecutivo por su responsabilidad en este drama.
Es normal, entonces, que las primeras encuestas sitúen a Lula a la cabeza en la intención de voto, aún y cuando no hay nada oficial sobre su candidatura.
Un sondeo de la firma PoderData dice que en la primera vuelta obtendría el 34 por ciento, frente al 31 de Bolsonaro. En la ronda definitiva la diferencia sería más amplia, de 52 a 34, es decir 18 puntos por encima del actual mandatario.
Cito de nuevo a Emir Sader cuando dijo que nadie cree que Lula no será candidato, ni tampoco que pueda ser derrotado.