Luis Posada Carriles: Más trapos sucios a plena luz

Según el texto Posada Carriles era tan peligroso que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lo vigilaba muy de cerca. Fue entrenado para derrocar al gobierno de Fidel Castro y  espiar a otros cubanos, radicados en la Florida.

Cuando hicieron volar en pedazos, en pleno vuelo, un avión de Cubana de Aviación en Barbados, en octubre de 1976, la CIA mostró preocupación de que se hiciera pública su vinculación con los autores del hecho.

Este expediente fue desclasificado por el gobierno de Estados Unidos como parte de los documentos relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy.

De ellos, algunos han sido divulgados pero otras informaciones aportan elementos de interés como por ejemplo:

Primero Posada integró el ejército de Estados Unidos y luego fue reclutado por la inteligencia norteamericana. Trabajó durante los años 1965 hasta 1967 y después para la policía secreta de Venezuela donde se distinguió como torturador y asesino.

Como se ha revelado, previo a la invasión de Playa Girón en 1961, recibió entrenamiento paramilitar en Guatemala. Posada era un infiltrado de la agencia de espionaje para obtener información entre sus propios cómplices.

Un documento enviado por el director de la CIA al Jefe del FBI en noviembre de 1976 indicó que «Posada también era usado como fuente de información sobre las actividades de los propios exiliados cubanos».

En particular, monitoreó los pasos de Orlando Bosch, a quien se llegó a considerar aún más peligroso que al primero y también autor del atentado a una aeronave  cubana.

Según el Miami Herald, la CIA redujo su nexo con Posada a mediados de febrero de 1976, quien informó sobre los planes de Bosch para asesinar al sobrino del presidente chileno Salvador Allende en Costa Rica. 

Luego, en junio de ese mismo año, Posada comentó los planes de Bosch de volar un avión de Cubana de Aviación en Panamá.

Lo anterior ratifica que los planes de Posada eran considerados por la propia CIA de terroristas, razón por la que lo mantuvo bajo estrecha vigilancia, pero siempre dentro de sus filas.

Aunque resulta aún más interesante subrayar que hombres como Luis Posada Carriles hayan formado parte destacada de una institución como la Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos. Ello, sin que fuera reparo en su largo historial de asesino y torturador.

No se trata de informaciones completas pero si suficientes para tener una idea de hasta dónde ha llegado el odio de Washington y sus aliados contra Cuba y Venezuela.

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