Nuevas formas de guerra de EEUU contra Cuba, denuncia exembajador

En entrevista con Prensa Latina, el también exministro del gobierno del exmandatario Evo Morales y destacado intelectual, se refirió así al uso de la Internet y los medios de comunicación por Estados Unidos, con técnicas y estrategias prácticamente militares, incorporadas a su bagaje intervencionista, para intentar la destrucción de gobiernos soberanos como el de la isla.

Ello incluye, explicó, el uso, cada vez más sofisticado, de operaciones psicológicas y de instrumentos vinculados a la comunicación, de las redes sociales, ‘con una capacidad de penetración preocupante en América Latina, modificando la opinión pública, alterando la información, sustituyendo la verdad por la mentira’.

En el caso de Bolivia, recordó, se usaron las redes sociales y la prensa para la derrota del intento de la reforma de la Constitución política del Estado para que Evo Morales pudiera ir a una segunda reelección. Se utilizó esta misma estrategia que hoy día se aplica en Venezuela y obviamente con más intensidad en Cuba.

Para Quintana, los medios de comunicación y las redes sociales se han convertido en una herramienta prácticamente militar vinculada a operaciones psicológicas cuyo fin es destruir gobiernos democráticos que decidieron cambiar el rumbo de su historia.

‘Nuestros pueblos están enfrentando este arsenal descomunal que proviene de Washington’, aseveró y dijo que lo ocurrido en Cuba ‘es probablemente el ataque más masivo, más diversificado, más intenso, lanzado contra cualquier otro país de América Latina’.

Añadió que ‘la guerra mediática de mentiras, el uso de las tecnologías comunicacionales, de Internet, de los robots, de las granjas de ‘trolls’ y otras, está. hoy día en su apogeo al servicio de los intereses imperiales’, mientras hay un vacío normativo a escala global en la materia.

‘Estamos amenazados hoy día por tecnologías, por estas nuevas plataformas comunicacionales que están modificando de manera arbitraria e interesada la opinión pública mundial’.

Remarcó que el mundo entero está prácticamente amenazado por el uso interesado e instrumental de estas plataformas comunicacionales que hoy día prácticamente están dando golpes de Estado en varios países del mundo pero se usan ‘fundamentalmente para forjar opiniones públicas sobre la base de la desinformación, la manipulación y la enajenación’.

Por otra parte, dijo que ‘la injerencia imperialista norteamericana en las últimas décadas ha tenido la característica de mutar sus estrategias intervencionistas’, no solo en América Latina sino también en Europa del Este.

Mencionó ‘la tercerización de la guerra contra los pueblos, que permite operar mediante instituciones como iglesias, organizaciones no gubernamentales, fundaciones de apariencia humanitaria, incluso núcleos académicos y universidades’.

‘Hoy día esta guerra multidimensional, esta guerra híbrida, esta guerra de cuarta generación, ya no expone tan abiertamente la política exterior y la política de seguridad norteamericana y utiliza esas entidades para socavar la estabilidad de los gobiernos’, dijo.

Indicó que el Comando Sur de las Fuerzas Armadas norteamericanas se proyecta sobre el Caribe, Centroamérica y Suramérica, en forma concertada con agencias norteamericanas como USAID, la NED, el IRI que financian las operaciones injerencistas

‘Se han ido complejizando, podríamos decir, el arsenal de instituciones, de estrategias, de tácticas y técnicas desestabilizadoras en las últimas décadas, justamente para no visibilizar la mano sanguinaria funesta del imperio norteamericano’, advirtió.

Señaló que, por su injerencismo, Estados Unidos se ha convertido para América Latina y el mundo, ‘no solamente en la policía global, sino en un imperio que ha perdido todo escrúpulo, que ha perdido todo decoro en cuanto al uso de herramientas, de armas, de arsenales políticos para destruir gobiernos progresistas no alineados a los intereses de los Estados Unidos’.

Consecuentemente, dijo, en los últimos años es esta mutación en las estrategias, en las tácticas y las técnicas golpistas, desestabilizadoras e injerencistas.

Quintana apuntó sobre los disturbios del 11 de julio en Cuba que no le extrañaron las manifestaciones pequeñas, focalizadas en algunas ciudades de Cuba, pues Estados Unidos tiene un largo historial de socavamiento de la revolución socialista cubana desde la década de los sesenta del siglo padado.

‘Esas manifestaciones sociales en Cuba forman parte de las operaciones encubiertas norteamericanas de la estrategia de cambio de régimen polítivo, del socavamiento de la estabilidad política cubana‘, manifestó.

‘Por lo tanto forman parte del entramado desestabilizador llevado a cabo durante los últimos 60 años y que tienen rastros inequívocos de una guerra de múltiples dimensiones, de múltiples aristas contra la revolución cubana’, agregó.

Se refirió así a los intentos de invasión, terrorismo, sabotaje y magnicidio, guerra biológica y el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, al que ha agregado ‘las medidas unilaterales para asfixiar la economía e impedir la compra de alimentos y medicamentos durante el gobierno de Trump’.

Operaciones intervencionistas de diversas modalidades, agregó, se han lanzado contra Venezuela, Honduras, Paraguay, Nicaragua, Ecuador, Brasil y Bolivia, para derrocar a gobiernos progresistas.

Denunció que en los últimos años ‘se ha intensificado esta guerra brutal genocida contra el pueblo cubano, contra el pueblo venezolano, contra Nicaragua y, por supuesto, contra Bolivia con en un golpe de estado, promovido, financiado, coordinado por Estados Unidos’.

El exembajador en Cuba señalo que por todo ello el gobierno de su país condena enérgicamente ‘estas maniobras ruines, cobardes, frente a un pueblo castigado durante tantas décadas y a lo largo de prácticamente de 12 o 13 administraciones norteamericanas’.

El bloqueo económico, comercial y financiero, prosiguió, ‘no solamente es condenado por Bolivia, sino por 194 países a lo largo y a lo ancho del mundo que también rechazan los actos de terrorismo de Estados Unidos y la crueldad inhumana y la tendencia genocida de los gobiernos de ese país’.

 

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