Para reconstruir México

María de Jesús Patricio Martínez, de 57 años y madre de tres hijos, había sido nombrada hace cuatro meses vocera del Consejo Indígena de Gobierno en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. También conocida como Marichuy, es una indígena nahua, médica tradicional y defensora de los derechos humanos.

Gracias a su compromiso con el combate al machismo y la reconstitución de las comunidades, así como su asistencia a las reuniones, María de Jesús tuvo la oportunidad, el día 29 de marzo de 2001, como parte de la Marcha del Color de la Tierra, de hablar en nombre de las mujeres indígenas de México ante el Congreso de la Unión, «para dejar en claro que el proceso de reconstitución integral de los pueblos indígenas del país es una tarea que incumbe tanto al hombre como a la mujer, en una misma lucha por lograr nuestra plena liberación».

El 28 de mayo de 2017, en un congreso realizado en el Centro Indígena de Capacitación Integral Fray Bartolomé de Las Casas AC-Universidad de la Tierra, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, fue designada por el CNI como vocera representante indígena a la candidatura independiente para las elecciones federales en México del 2018.

En el encuentro participaron 840 delegados y delegadas provenientes de 60 pueblos indígenas. Antes de ratificar la propuesta, destacaron que «la compañera Marichuy no se vende, no claudica y no se rinde», y resaltaron que se formó dentro de la agrupación indígena.

Unas 25 horas aproximadamente tardaron los integrantes del Congreso Nacional Indígena en designar, mediante votación, a Patricio Martínez, quien en 1992 fundó la casa de salud Calli Tecolhuacateca Tochan, que ofrece atención a grupos vulnerables de su comunidad por medio de conocimientos antiguos como herbolaria.

En este contexto, le fue otorgado el galardón del Mérito Tuxpanense, por su fomento a «los médicos indígenas para que continúen ejerciendo su conocimiento, para fortalecer la lengua y la medicina tradicionales como instrumento en la defensa de la autonomía indígena».

María de Jesús ha destacado que «las mujeres zapatistas son un ejemplo desde el momento en que alzaron su voz».

Mencionó la lucha de las mujeres indígenas en Acteal, Tila, en el sur de Veracruz, en Oaxaca, en San Pedro Tlanixco, Ostula, Cheran, Jalisco, y afirmó que las mujeres kumiai son las que llevan la delantera en sus comunidades.

Además, mencionó que están también «las madres que luchan por que sus familiares aparezcan con vida, y las feministas luchando por sus derechos y en contra de la violencia».

Todo esto forma parte de la acción que está uniendo a los pueblos indígenas, más de 11 millones de personas, con el objetivo de hacer visible la guerra que se realiza contra ellos, y que el CNI crezca como fuerza frente a las amenazas del Estado, así como crear un espacio de articulación entre indígenas y no indígenas.

Así, la incursión electoral que encabeza la candidata presidencial Marichuy se sujetará a las normas del Instituto Nacional Electoral, pero, afirman, no interesa el número de votos, sino utilizar la campaña como tribuna de denuncia y generar un proceso organizativo nacional e internacional anticapitalista, de abajo y a la izquierda, con el fin de contribuir a la reconstrucción de México.

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