Aniversario 55 de la constitución del primer Comité Central del PCC

Desde el primero de octubre en el teatro Chaplin  en La Habana dirigentes de núcleos del entonces denominado Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba habían sostenido una reunión que fue clausurada por Fidel. 

Precisamente el tres de octubre  resaltó Fidel la gran trascendencia que tenía el surgimiento del Comité Central al puntualizar:  “Todo el país ha recibido con júbilo y entusiasmo la noticia de la constitución de nuestro Comité Central. Los nombres de los compañeros que integran este Comité, así como su historia, son sobradamente conocidos. Si no todos son conocidos por todos, todos son conocidos por una parte considerable e importante del pueblo. Hemos procurado escoger a quienes en nuestro juicio representan, de la manera más cabal, la historia de nuestra Revolución, a quienes, tanto en la lucha por la Revolución, como en la lucha por la consolidación, defensa y desarrollo de la Revolución, han trabajado y han luchado tesonera e incansablemente.” 

Fidel igualmente planteó que no había episodio heroico en la historia de nuestra patria en los últimos años que no estuviese ahí representado y aseguró de inmediato: “…no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza —lo mismo militar que civil— heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado.” 

También  precisó que ese Comité Central en su primera reunión efectuada había adoptado distintos acuerdos, entre ellos ratificar las medidas acordadas por la antigua Dirección Nacional, ratificar al Buró Político, al Secretariado y a las comisiones de trabajo, así como además al compañero electo para el cargo de Secretario de Organización. 

Y añadió que además se había acordado que se procediera a la unificación de los recursos y personal de dos periódicos nacionales de tendencia política, se refería a Revolución y a Hoy, para crear el periódico “Granma”, como órgano oficial del Comité Central del Partido. 

Manifestó que otro acuerdo importante guardaba relación con el nombre del Partido. 

Recordó que en la etapa inicial de la Revolución al unificarse tres organizaciones revolucionarias, el Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista de Cuba y el Directorio Revolucionario 13 de marzo, se crearon primero las Organizaciones Revolucionarias Integradas, conocida popularmente como ORI, la que después dio paso al surgimiento del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, PURSC, que significó, según detalló, “un extraordinario avance en la creación de nuestro aparato político.” 

Precisó que en el transcurso de tres años se extrajeron incontables valores surgidos de entre las filas de nuestros trabajadores, para llegar a ser lo que somos en cantidad, pero sobre todo lo que somos en calidad. 

No obstante comentó que la denominación de Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba decía mucho pero no todo y que todavía daba la idea de algo que fue necesario unir  y que recordaba todavía un poco los orígenes de cada cual. 

Agregó que se entendía  que se había llegado al grado tal en que de una vez por todas y para siempre habría  de desaparecer todo tipo de matiz y todo tipo de origen que distinga a unos revolucionarios de otros, y que se había llegado ya al punto afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que se podía decir que solo hay un tipo de revolucionario, y que era necesario que el nombre de nuestro Partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana. 

Y en franco y espontáneo diálogo con  los participantes en la masiva reunión partidista realizó varias preguntas y escuchó: “¿cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro Partido?  ¿Cuál es, compañero? ¡Un compañero de aquí! ¡Los compañeros de acá!  ¡Los compañeros de allá! ¡Los compañeros de allá! ¡Partido Comunista de Cuba!  

Pues ese es el nombre que, interpretando el desarrollo de nuestro Partido, de la conciencia revolucionaria de sus miembros y de los objetivos de nuestra Revolución, adoptó en el día de ayer nuestro primer Comité Central.”

Otro instante de  especial connotación  se produjo en ese acto de clausura de la reunión partidista cubana, cuando Fidel explicó los motivos por los cuales el nombre del Comandante Ernesto Che Guevara no aparecía entre los miembros del Comité Central del Partido. 

Fidel manifestó:  “Y para explicar esto vamos a leer una carta aquí de puño y letra, transcripta a máquina, del compañero Ernesto Guevara, que por sí misma se explica.” 

Leyó con detenimiento la carta de despedida que el Che Guevara le escribió cuando decidió salir de Cuba para dar su contribución a la causa de la lucha revolucionaria de otros pueblos en el mundo. 

En una parte de dicha misiva el Che especificó:

Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución Cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo, que es ya mío. «Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, solo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.”

 Y más adelante puntualizó:

Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos. 

Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor: aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… Y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que esté: esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura. “

El Che igualmente especificó: «Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo y que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución, y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré.” 

Y tras concluir la lectura de la carta del Che Guevara comentó Fidel: «Los que hablan de los revolucionarios, los que consideran a los revolucionarios como hombres fríos, hombres insensibles, u hombres sin entrañas, tendrán en esta carta el ejemplo de todo el sentimiento, de toda la sensibilidad, de toda la pureza que se puede encerrar en el alma de un revolucionario.”

Fidel expuso que el Che también dejó cartas para sus padres, hijos y para algunos cercanos compañeros. Y en la parte final de su discurso el 3 de octubre de 1965 en La Habana Fidel preconizó:

Una nueva época surge por entero en la historia de nuestro país, una forma distinta de sociedad, un sistema distinto de gobierno; el gobierno de un partido, del partido de los trabajadores, integrado por los mejores trabajadores, formado con la participación plena de las masas, para poder decir con toda justificación y con toda razón que es la vanguardia de los trabajadores y que es la representación de los trabajadores en nuestra democracia obrera y revolucionaria. Y será mil veces más democrática que la democracia burguesa, porque marcharemos hacia formas administrativas y políticas que implicarán la constante participación, en los problemas de la sociedad, de las masas, a través de los organismos idóneos, a través del Partido, en todos los niveles. E iremos desarrollando esas formas nuevas como solo una revolución puede hacerlo, e iremos creando la conciencia y los hábitos de esas nuevas formas. Y no nos detendremos, no se detendrá nuestro pueblo hasta haber alcanzado sus objetivos finales.”

Finalmente nos alerta que:  

Vivimos en un mundo complejo y un mundo peligroso. Los riesgos de ese mundo los correremos dignamente y serenamente. ¡Nuestra suerte será la suerte de los demás pueblos, y nuestra suerte será la suerte del mundo!”

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