“Siempre, pase lo que pase en el mundo, el médico, por estar tan cerca del paciente, por conocer tanto de lo más profundo de su siquis, por ser la representación de quién se acerca al dolor y lo mitiga, tiene una labor muy importante, de mucha responsabilidad en el trato social.”
El Che tuvo a su cargo las palabras iniciales del curso de superación política que se realizaría en ese organismo. Hizo referencia a cómo nació su vocación por la medicina y también cómo se produjo su transformación desde el punto de vista revolucionario.
Detalla que cuando empezó estudiar medicina, la mayoría de los conceptos que después tendría como revolucionario estaban ausentes en el almacén de sus ideales.
Manifiesta que quería triunfar y que soñaba con ser un investigador famoso, y trabajar infatigablemente para conseguir algo que podía estar, en definitiva, puesto a disposición de la humanidad, pero que en aquel momento era un triunfo personal.
Seguidamente el Che detalla que en los recorridos que efectuó por distintos lugares de América Latina entró en estrecho contacto con la miseria, el hambre y las enfermedades.
«Y empecé a ver qué había cosas que, en aquel momento, me parecieron casi tan importante como ser un investigador famoso o como hacer algún aporte sustancial a la ciencia médica; y era ayudar a esa gente.»
En su intervención, el Comandante Guevara después de argumentar las razones que lo llevaron a convertirse en médico revolucionario, realizó un breve análisis de las causas que condujeron al triunfo del golpe de estado contra el gobierno democrático del Presidente Jacobo Arbenz, en Guatemala, país donde él se hallaba.
Ante la imposición de un régimen que respondía a los imperialistas, en el mencionado país centroamericano, que se contraponía con sus ideas revolucionarias, el Che tuvo que trasladarse hacia México. Fue en ese país donde algún tiempo después pudo incluso trabajar en la sala de alergia de un hospital.
Y fue también en México donde con posterioridad cambió el curso de su vida tras sumarse al grupo de revolucionarios cubanos que bajo la dirección de Fidel Castro comenzaban a prepararse militarmente para estar en condiciones de retornar a Cuba para continuar la lucha contra la dictadura militar reaccionaria de Fulgencio Batista.
Fue así como como Ernesto Guevara formó parte de los 82 expedicionarios que salieron del puerto mexicano de Tuxpan en la madrugada del 25 de noviembre de 1956 a bordo del pequeño yate Granma en dirección hacia el territorio cubano, al que llegaron por la zona suroriental el dos de diciembre.
El Che Guevara inicialmente tendría como función esencial la de ser médico de la tropa rebelde, pero muy pronto descolló como uno de los más aguerridos combatientes, incluso meses después, fue el primero al que Fidel le otorgó el grado de Comandante y le asignó la misión de ser jefe de otra columna rebelde que se creó a mediados del año 1957.
Ya en agosto de 1958 al Che se le encomendó otra significativa misión, la de marchar al frente de una Columna invasora que partió de la Sierra Maestra hasta la provincia de Las Villas, en la zona central de Cuba.
Allí el Che demostró una vez más sus condiciones como estratega militar y político y en la etapa final del año 1958 dirigió la trascendental batalla de Santa Clara.
Ya en esos instantes como fruto de la ofensiva revolucionaria en diferentes partes de Cuba la dictadura batistiana se desarticulaba. Entonces el dictador con la complicidad de elementos serviles se fuga del país.
Al presentarse una situación difícil puesto que elementos reaccionarios llevaban a cabo una maniobra para tratar de evitar que se produjera un triunfo popular y revolucionario, Fidel al mismo tiempo que ordenaba a todos los combatientes rebeldes a mantener la ofensiva, llama al pueblo a decretar una huelga general revolucionaria, y a la vez ordena a los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara que se trasladaran de inmediato desde Las Villas hacia La Habana para que controlaran las principales instalaciones militares.
A partir de entonces el Che Guevara se convirtió en uno de los más prestigiosos y queridos dirigentes de la Revolución. El ejercicio de su profesión de médico quedó relegado puesto que asumió de inmediato responsabilidades políticas y de gobierno.
No obstante él no dejó de pensar con la sensibilidad característica de un buen médico y esto lo puso de manifiesto en lo que le expresara a un gran número de galenos y dirigentes del Ministerio de Salud Pública en la conferencia que ofreció el 19 de agosto de 1960.
El Che instó a los trabajadores de la salud pública a lograr que en el seno de la sociedad imperasen las ideas basadas en la colectividad y se aislaran cada vez más las actitudes individualistas.
Cuando se cumplen 60 años de esas importantes consideraciones expuestas por el Che Guevara podemos significar que los médicos cubanos gozan hoy de un reconocido prestigio tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional.
Y esto se ha puesto de relieve, una vez más, en estos meses de intensa batalla contra una pandemia que ha cobrado la vida de centenares de miles de personas.
Tanto en Cuba, como en distintos lugares del mundo, los médicos, enfermeros y enfermeras, así como otros trabajadores de la salud de nuestro país, se han entregado, aún a riesgo de sus propias existencias, al empeño de salvar vidas.