Una de sus más recientes fechorías resultó una llamada Cumbre de la Democracia los días 9 y 10 de diciembre pasado, protagonizada por ellos mismos como máximos impulsores. Imagínese usted, el lobo hambriento invitando a otros a más dentelladas, o el capo de la mafia hablando de democracia!
Y hasta convidan a Taiwán entre los invitados, claro con toda intención provocativa contra la República Popular China.
Y fíjese usted en lo insólito que representan los temas básicos a tratar. No os asombréis, por favor:
a) la defensa contra el autoritarismo.
b) la lucha contra la corrupción.
c) la promoción del respeto a los derechos humanos.
Imagine usted a Estados Unidos hablando sobre autoritarismo, el mismo que históricamente ha implantado en todo el orbe la idea de que ellos son, precisamente, la autoridad de este mundo, sin que nadie tenga derecho a cuestionarlo. Por otra parte, es una desvergüenza que ese país hable al mundo sobre corrupción, siendo ellos también un ejemplo muy conocido de gravísimos casos de ese flagelo en que se han implicado hasta presidentes y otras altas figuras de la nación. Y qué decir del respeto a los derechos humanos; daría risa de no ser tan cínico. Sí, ya sabemos, una democracia de bombas, robos, injerencia, golpes blandos y cuanta tropelía se les ocurra.
Según el Departamento de Estado convocaron a la sociedad civil y el sector privado. Claro, no es difícil saber a qué sociedad civil se refieren, no otra que la integrada por personajes y personajillos de baja catadura moral, siempre agrupados a las peores causas y sirviendo de dóciles sirvientes al imperio y sus billetes verdes.
Por otra parte, en cuanto al sector privado, ya sabemos que es aquel de los gigantescos emporios multimillonarios que pertenecen a esa fuerza oscura que, detrás de las cortinas, constituye, no obstante, un poder sacrosanto capaz de decidir en asuntos vitales del Estado yanqui, es decir, el capital primero y después todo lo demás.
Piense usted hasta dónde llegó la desvergüenza de esta llamada Cumbre de la Democracia, que ya algunas personalidades de ese país han expresado grandes dudas sobre la salud de la democracia estadounidense; y han manifestado que la Cumbre puede llegar a convertirse en un boomerang para Estados Unidos. Incluso, un senador demócrata de Virginia, Tim Kaime, ha dicho: “No hay terreno para la arrogancia”, “No estamos en posesión de dar lecciones”, “No podemos dar lecciones sobre corrupción”.
Definitivamente he llegado a pensar –apreciando los graves problemas de esa nación- que los distintos gobiernos de Estados Unidos creen que el resto del mundo es un gran conglomerado de gentes ignorantes, sub normales, e incapaces de poseer opinión propia y que, además, todos son lacayos ansiosos de recibir órdenes y hasta algunos favorcillos del norte revuelto y brutal.
Ese será, precisamente, el talón de Aquiles que los llevará a la oscuridad eterna como imperio. Claro, quien escribe estas líneas no presenciará su derrumbe, pero soy optimista, será más temprano que tarde. ¡OJALÁ!
“El robo, el abuso, la inmoralidad están debajo de esas fortunas enormes” José Martí