Cuba en MNOAL: Un desafío a los poderosos

Desde su primera emisión, allá por los tiempos de Playa Girón, Cuba se irguió como abanderada de los supremos objetivos del Movimiento, recibiendo el respaldo unánime de las naciones comprometidas.  Y ahora, en su XVIII reunión en Bakú, Azerbaiyán, volvimos no solo a ser solidarios  al compromiso que nos une con los No Alineados, sino, también a expresar total apoyo a la preservación y fortalecimiento del multilateralismo y a la solución pacífica de los conflictos.

Nuestro Presidente, que confirma que es continuidad de los padres fundadores de nuestra revolución de los humildes, denunció el criminal y obsoleto bloqueo que Cuba sufre hace ya seis décadas, pero suplantando el lamento por la acción patriótica de todo un pueblo por resistir y vencer. En tal proceder cubano no hay duda posible. «Somos más. Hagamos más», alertó en su ya histórico discurso.

Es preciso mencionar solo una muestra de los nobles objetivos que los No Alineados se proponen desde su fundación y que Cuba abraza con la mayor voluntad y decisión: el respeto a la Carta de la ONU, la soberanía de los pueblos, la igualdad soberana y la integridad territorial de los Estados; igualdad de razas, religiones, y culturas; los derechos humanos y libertades fundamentales; libre determinación de los pueblos respecto al derecho de cada Estado a determinar libremente su sistema político, social, económico y cultural, sin injerencia de ningún otro Estado; y la abstención de recurrir a la agresión u otros actos que impliquen el uso de la fuerza directa o indirecta. Y allá van, al mismo corazón del imperio, la digna representación cubana, integrada por nuestro Presidente y Canciller, Miguel Díaz-Canel y Bruno Rodríguez respectivamente para defender tales objetivos supremos de la humanidad.

Y en tal defensa demostramos lealtad absoluta a nuestra condición de anti imperialistas, anti colonialistas, anti neocolonialistas, anti racistas, anti sionistas y anti fascistas, como dijera nuestro inolvidable Fidel,  el mismo hombre lúcido y brillante que afirmaba:

se trata de defender los principios, de defender la independencia, y el papel propio, prestigioso, solidario y cada vez más constructivo e influyente en la vida internacional de los no alineados, para que se escuche la voz enérgica y justa de nuestros pueblos. Cuba estará en la primera línea de la defensa de estos principios.”  y que “ningún dinero podrá comprar el porvenir, porque el porvenir está en la justicia, en nuestras conciencias y en la solidaridad honesta y fraternal de nuestros pueblos”.  

Soy convencido. En esta ocasión, como en otras, la razón y la justicia están del  lado de los dignos pueblos que claman por justicia.  Y en tal empeño nuestra Cuba ocupará un digno lugar desafiando a los poderosos. En cierta ocasión, refiriéndose a Cuba, José Martí dijo algo que bien puede ser interpretado para nuestros pueblos:

Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá el mar del sur al mar del norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila”.

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