Desgarrad la piel del enemigo

Hace ya algunos años, al revisar muchos documentos, uno de ellos me brinda la posibilidad de arrancarle la piel al imperio mediante datos irrebatibles que expondré a continuación. Naturalmente, todo lo que detallaré obedece a una concepción del derecho, retorcido y repudiado por el mundo al que desprecian. Veamos solo algunos ejemplos claros y evidentes: acusaron a Sadam Hussein de poseer armas de destrucción masiva y, finalmente, no encontraron ninguna, simplemente porque no existían, pero dejaron más de medio millón de muertos en Irak tras la invasión.  Hay más: las corporaciones yanquis se quedaron con el petróleo y el gran negocio de la reestructuración del país. Y al cabo, una pregunta indispensable ¿Cuántos derechos civiles recuperó el pueblo?, NINGUNO, a pesar de que fueron a ese país para ¿implantarlos o codiciar recursos?

¿Cuántas sanciones y bloqueos han sufrido los dictadores y asesinos de pueblos como son el de Videla, Pinochet, Somoza, Batista, Rios Montt, Banzer, o Trujillo? NINGUNO.

¿Y cuantos fueron financiados y bendecidos por EE.UU.? TODOS.

Vamos a Venezuela: ¿Quiénes votaron por el payaso Juan Guaidó? Respuesta clara: Trump, Trudeau, Macri, Bolsonaro, Piñera y todos los lacayos que andan por esos lares.  Quienes, por Nicolás Maduro, nada menos que 6 millones 245 mil 862 venezolanos y venezolanas. Ahora vea usted: como se conoce Venezuela cuenta con una enorme reserva de petróleo y, por su parte, EE.UU. es el mayor consumidor  del vital recurso. Entonces, ¿qué hay detrás de las agresiones que sufre el país bolivariano, entre sanciones, robo de oro y cuanta tropelía se le ocurre al imperio? En mi opinión por dos objetivos básicos. Llevar al redil yanqui a ese hermano pueblo para seguir explotando en su exclusivo beneficio, y, por otra parte, lograr un país dócil desgarrado de la lista de insumisos.

Es muy conocido que el imperio es el mayor productor de armas del mundo; una potencia militar extraordinaria, y tiene unas 700 bases militares en todos los continentes. Sin embargo, es muy recurrente que enarbole el supuesto papel de víctima porque otros países “atentan contra la seguridad nacional de los EE.UU.” En otras palabras: Cuba, Venezuela, Nicaragua, y otros gobiernos rebeldes constituyen un gran peligro para el país del norte, “siempre preocupado por salvaguardar la democracia y los derechos humanos del mundo”.

Otro elemento que descubre tanta villanía es apreciar como el gobierno imperialista interviene en asuntos que solo les concierne a Rusia y China, teniendo en cuenta que ninguno ha pretendido dominar el mundo, ni invadido país alguno, ni ha tratado de intervenir en los asuntos internos de ningún pueblo. Mientras tanto, los Estados Unidos ha invadido a 50 o más países.

Todo esto y más es el panorama democrático, de libertad y defensa de los derechos humanos que el país del norte le ofrece a esta humanidad que ya no soporta tanto vasallaje, crímenes de lesa humanidad, guerras, bombardeos, encubrimiento a los asesinos mientras se destroza la dignidad de los oprimidos de siempre. Van de etiqueta a la ONU a mentir, distorsionar y hasta se permiten el lujo de enjuiciar a los que no quieren sucumbir ante tanta afrenta. De manera insólita se enfrentan a todo el mundo votando en contra de una Resolución de condena al bloqueo yanqui contra Cuba, o cualquier otra que pretenda algo positivo; pero en contraste exigen y presionan hasta con amenazas para que los países voten a su favor en otros casos que siempre sean para beneficio propio.

Hasta en los propios Estados Unidos se muestra, como un secreto a voces, tal aberración: si algún congresista presenta un proyecto de ley que favorezca a algún sector de la población hallará la acción de los llamados lobistas, ejerciendo presión mediante verdes o amenazas para que el voto sea favorable a los grandes intereses de las finanzas yanquis. Tras estos pocos ejemplos se puede llegar a la conclusión que el mal, cuando ya hace metástasis, hay que extirparlo de raíz. No lo digo como incendiario, pero si convencido de la imperiosa necesidad de unirnos todos los pueblos con el fin común de desterrar para siempre tanta maldad.

Porque, como dijo el Maestro

Ya se han cansado nuestras frentes de que se tome sobre ellas la medida de los yugos, -aunque hay frentes que no se cansan de esto nunca”.

José Martí

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.

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