Nacieron para ser felices y lo son

Desde los primeros años del triunfo revolucionario, el líder eterno de la Revolución Cubana dedicó horas a reunirse con los más pequeños y con adolescentes para escucharlos y juntos reflexionar acerca de la Patria, la paz y el futuro de los pueblos. Cada minuto del quehacer revolucionario en la construcción de una sociedad cada vez más justa y universalmente equitativa, tiene en cuenta el presente y el futuro de la niñez. 

Lo antes escrito explica la relevancia de Cuba da a esta fecha, y de su estrecha colaboración con organismos internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros más de carácter multilateral encaminados al bienestar de los más jóvenes. 

La Asamblea Nacional del Poder Popular, cuenta con la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, lo cual da muestras de la importancia que el Estado cubano concede al bienestar de niños, adolescentes y jóvenes. 

Desde su etapa embrionaria, en el vientre materno, la vida de cada niño y niña de Cuba constituye motivo de prioridad lo que se evidencia en las bajas tasas de mortalidad infantil, al nivel de los países más desarrollados. 



Los hechos son el mejor testimonio del desvelo de nuestro país por el bienestar de los más jóvenes. Desde las primeras semanas del triunfo revolucionario proyectos como la educación gratuita y obligatoria, la atención sanitaria universal y las campañas de vacunación, enfocaron su visión, en primer lugar, hacia el bienestar de la niñez. Ellos y ellas están liberados del contagio de enfermedades trasmisibles gracias a las masivas campañas de inmunización implementadas de modo sistemático. 

Los programas de enseñanza de Cuba apuntan hacia la formación de hombres y mujeres caracterizados por valores patrióticos, éticos y humanistas. Para tal propósito, la niñez, los adolescentes y jóvenes han sido y son la arcilla fundamental de la obra revolucionaria. 

En tiempos de la Covid-196 que nos agrede como al mundo en su totalidad, cada paso del Gobierno y Estado Revolucionarios tiene como premisa la salvaguarda y el bienestar de toda la población y, en especial, de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Son ellos y ellas los ciudadanos del mañana y por ello acaparan el principal esmero del quehacer nacional. 

En el aspecto sanitario, mientras lamentamos los decesos de decenas de miles de seres humanos en el mundo – principalmente en América Latina – Cuba pon énfasis, talento y recursos, a pesar de nuestras limitaciones económicas inferidas por el Bloqueo de Estados Unidos, y protege las vidas de nuestro pueblo. Niñas y niños son de máxima prioridad en la evitación de contagios por Covid-19, así como en la curación de quienes la padezcan. 



A pesar de las medidas totalmente necesarias que se han adoptado para el aislamiento físico, ni un solo programa de beneficio popular se ha visto afectado. La enseñanza en las aulas ha sido sustituida coyunturalmente por la televisiva. En Cuba todos los medios y recursos están a disposición plena del pueblo y, en particular, de las generaciones más jóvenes. 

Nuestra niñez se agrupa en la Organización de Pioneros José Martí, pilar de su formación ética unida. En tiempos de Covid-19, hemos celebrado el Festival Internacional de Canciones Corazón feliz, evento de arte y amor que lleva el mensaje de cariño de niños y niñas de Cuba a los de todo el mundo a través de las redes sociales. 

La firme voluntad política de la nación cubana queda reflejada en su Carta Magna, donde en su Artículo 58 consigna que:

El Estado, la sociedad y las familias brindan especial protección a las niñas, niños y adolescentes y garantizan su desarrollo armónico e integral para lo cual tienen en cuenta su interés superior en las decisiones y actos que les conciernan”. 

La letra constitucional y la práctica consecuente de estos principios ponen de manifiesta su total coherencia. Esta vez el Día Internacional de la Infancia ha servido para acrecentar el amor en el seno familiar y, desde esa dimensión, proyectarlo hacia toda la Patria y el mundo en general. 

Es una jornada que reafirma como en Cuba los niños nacieron para ser felices, y lo son en realidad.

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