Parto anómalo de la radiodifusión

Se trataba –y aún se trata- de incluirlo en el gran caudal de agresiones contra su gobierno para derrocar  el sistema político legítimo, democrático, concebido por amor al pueblo cubano, el mismo que ha costado tanta sangre para edificarlo, luchando contra agresiones de todo tipo de un imperio voraz.

Para colmo se inauguraba un 20 de mayo, coincidiendo con la instauración de una república de mentira impuesta por el yanqui insolente; pero no les bastó y utilizaron a nuestro José Martí para nombrarla. Muchos millones de dólares les fueron asignados para la agresión, los que han crecido significativamente hasta la actualidad. Esa es, ni más ni menos R.M. una emisora que no se oye.

Ha sido claro el objetivo permanente de sus transmisiones: “socavar las bases de la sociedad socialista cubanas y con ella su gobierno y pueblo que las edifica, ofreciendo a la posible audiencia fórmulas distorsionadoras de la realidad cubana”. Y, como es de imaginar fácilmente, siempre han intervenido en su programación  figuras representativas  de la más baja catadura moral, dígase los hermanos Díaz-Balart, Marco Rubio, Jeb Bush, Ileana Ross, incluyendo altos personajes del gobierno yanqui; y no podían faltar personajillos sin escrúpulos de nuestro patio cubano, todos capaces de afirmar categóricamente que “la historia no ha sido justa con Fulgencio Batista”; y “el Ché Guevara fue un asesino de campesinos humildes” Imagínese, el primero fue el mismo que enlutó al pueblo cubano; y el segundo, nuestro querido Ché, el que ofrendó su vida heroica en misión internacionalista y ejemplo de revolucionario sin tacha alguna.

Existió una emisora, Radio Swan, que en la práctica era hermana de R.M. ya que emitía informaciones verdaderamente ridículas. La traigo a colación para que se comprenda hasta dónde son capaces de llegar, lo mismo una que otra. Vea usted: al inicio de la invasión de Girón contra Cuba se decía que “los invasores están avanzando en todos los frentes; los cubanos se están uniendo a los invasores; las fuerzas militares de Castro se han rendido también”. De eso y más se decía de lo que justamente se llamó la primera derrota del imperialismo en nuestra América.

Es que el imperio siempre subestima a los pueblos, y en el caso Cuba no ha tenido en cuenta el abismo cultural y político que hoy lo separa de la época oscura que vivió en el pasado. Odio, más odio, y más odio es la fórmula perversa de R.M.; y de ese modo no se logra influir en la audiencia por parte de ningún medio de comunicación del mundo.

En esa carrera loca por destruirnos llegan, incluso, a asignar a ese mal engendro de emisora muchos millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses  a pesar de que en Cuba NO SE OYE. Al respecto viene a mi mente unas palabras pronunciadas por nuestro presidente Díaz-Canel:

“En la era de las comunicaciones nuestros adversarios han sido hábiles para mentir, tergiversar, y silenciar la obra revolucionaria. Y ni aún así han podido destruirla”.

“La mentira se destruye por sí misma, más tarde o más temprano”. Fidel Castro.

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