Un asomo a Ucrania

Estados Unidos, la OTAN y gobiernos lacayos vuelven a la carga con el mismo lenguaje de siempre, es decir, intromisión, militarismo, muchos millones de dólares para la muerte. Y esta vez le llegó el turno a Ucrania y su vinculación con Rusia, país este último que, desde el principio del actual conflicto ha actuado con mesura e inteligencia para evitar una mayor escalada del conflicto; mientras que aquellos que solo entienden de armas y bombas únicamente hablan de amenazas, mentiras y manipulaciones. En tal desastre los perdedores son los ucranianos, porque ya cuentan con cientos de bajas.

Si queremos ser exactos para descubrir el origen de estos nuevos ruidos de guerra, parece imprescindible mostrar lo siguiente:

a) es muy conocido el hecho de que EE.UU. quiere cercar a Rusia, país que han fabricado como enemigo;

b) sabe que el poderoso imperio ha perdido mucho terreno en el orden político y económico, y es la guerra el medio que históricamente ha utilizado para emerger nuevamente;

c) es fácil suponer también que el propio Gasoducto vinculando al productor ruso con países de Europa, los tiene altamente preocupados, porque lo aprecian como un acto del enemigo fabricado, toda vez que ellos no tienen una gran tajada del pastel, ni se les pidió autorización;

d) el gobierno yanqui y sus tanques pensantes pueden haber llegado a la conclusión que se avecina una nueva era que nacerá de sus propias contradicciones y esa verdad los agobia y hace cometer gravísimas torpezas.

Por su parte ya Europa también puede resultar muy perjudicada por su manifiesto servilismo, y sienten  angustia y preocupaciones por la subida de los precios del gas, la electricidad, el petróleo y otras materias primas, todo lo que resulta imprescindible para la vida. En otras palabras es algo así como cocinarse en su propia salsa.

Por otra parte, causa pavor extremo y asombro ante tanto sufrimiento humano,  comprobar que todo este conflicto se produzca, precisamente, en medio del cambio climático, la pandemia, los incendios forestales, la erupción de volcanes, inundaciones y sequías, terremotos,  actividades fascistas monstruosas llevadas a cabo por grupos terroristas, los gravísimos problemas del hambre en el mundo, el analfabetismo que increíblemente aún padecen muchos pueblos, la insalubridad, la incultura, y muchos males más como el crecimiento constante de las diferencias, ya abismales, entre ricos y pobres.

¿Y los grandes medios de comunicación que están haciendo?

R: lo de siempre, convertir a la víctima en victimario; cuidarle la espalda a la bestia para que prosiga en su marcha criminal.

¿Y la ONU, la OEA, y hasta organizaciones de DD.HH.?

Bueno, simplemente callar y, en el mejor de los casos, pedir, suavemente, que las partes beligerantes se pongan de acuerdo.  Pero nada de denuncia al verdadero tigre del que habló nuestro Martí, cuando dijo: …el tigre regresa agazapado: No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene al tigre encima”

Ahora, al concluir, viene a mi mente unas palabras de nuestro querido Fidel a solo tres años del triunfo de la Revolución, definiendo el significado de la lucha por la paz:

Luchar por salvar a la humanidad de una destrucción apocalíptica significa luchar por salvar a cientos de millones de vidas de hombres, de mujeres, de jóvenes, de ancianos y de niños”

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