Urge una vacuna para otro virus

En cambio el coronavirus que nos tiene tan preocupados transita por un período indudablemente peligroso; sin embargo, ya se trabaja con ahínco para derrotarlo, algo de lo que estamos totalmente seguros. Por ejemplo, ya Cuba tiene resultados sumamente alentadores y hasta recibe solicitudes de ayuda de otros países. ¿Cómo es posible?, se preguntaran algunos, y la respuesta es tan simple como enaltecedora: porque tenemos voluntad política, porque para la isla rebelde vale más el ser humano que el interés económico; porque la revolución ha creado una masa de profesionales de la salud de enorme prestigio y, también, porque ha sabido compartirla con los que más la necesitan.

La indignación nos invade al conocer que, por ejemplo, en Estados Unidos, el país más rico y poderoso del mundo, se supedita el dolor humano ante el omnipotente dinero, pues este último es la base de un pensamiento ideológico retorcido que envilece a las personas. Es decir, en primerísimo lugar está el beneficio de grandes empresas de medicamentos que aprovechan hasta el dolor humano para aumentar sus cuentas bancarias. Después, y solo después, adoptaremos algunas medidas para paliar la crisis.

Es que la esencia de este macabro virus actúa como una droga que invita al egoísmo y la crueldad si de satisfacer su apetencia se trata. Ya desde la más tierna edad, en el capitalismo, el niño  ve a su alrededor  apetitos exagerados de poseer más y más; se acostumbra con la idea de que solo existen triunfadores y perdedores y, sobre todo, que “el mundo es así y debemos conformarnos”, o “qué vamos a hacer si yo solo no puedo resolverlo”

Pero no crea que es todo. Es que las personas –drogadas por el malvado virus- se hacen insensibles ante la desgracia ajena de los sin pan, sin techo, sin salud, sin educación; los que viven debajo de la metralla yanqui; y los que mueren de hambre por falta de oportunidades en un país que los devora lentamente. Se produce entonces, la lógica evasión, en la que interviene principalmente los poderosos medios de comunicación que inundan a los pueblos de informaciones basura o de engaño, para mantenerlos en posición solo de recibir pero no de pensar.

Llegan en tropel materiales que dan cuenta de chismes de la farándula o de alcoba; la boda del apuesto príncipe tal con la honorable señorita de la alta sociedad etc. En definitiva, se trata de la técnica de manipulación cuyo objetivo primordial es “mantener al público en la ignorancia y la idiotez.”



La humanidad está en un momento extremadamente difícil y complejo. El Coronavirus, por ejemplo, se cierne sobre la humanidad, pero es indudable que, más tarde o más temprano, será vencido. Sin embargo, el del capitalismo salvaje, ya en metástasis, actúa ciegamente y es capaz de lo inimaginable. Hay que estar atentos en todo minuto, y no para observar la desgracia, sino para combatirla con decisión. Ya lo había previsto nuestro inmenso Martí:

“…el tigre regresa agazapado: no se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene al tigre encima”…

Hagamos honor al Maestro aprendiendo su enseñanza.

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