Del Caribe, de Cuba. Una aproximación (III)

Además, ha sido tal el destino histórico del Caribe como espacio de conquista y colonización, que lo mejor de la producción material y espiritual se encuentra esparcido, explotado, acumulado o celo-samente atesorado en las metrópolis.20

A ello se agrega que en sus inicios el Caribe fue escenario de una colonización convertida en una incalculable empresa comercial. Cada una de sus islas se vería inserta en un proceso socioeconómico global que variaría, de acuerdo con el tipo de producción dominante, en una metrópoli u otra.

El Caribe insular (no el Gran Caribe, que comprende las islas y todos los países con costas en el mar Caribe, como México, Colombia, Venezuela, Guyana y los de Centroamérica) presenta un factor determinante en cuanto a su historia, o lo que es igual, en cuanto al ciclo de desarrollo y crisis de la industria azucarera y su principal corolario: las formas de provisión de mano de obra.21

Por otra parte, comienza a ganar actualidad el concepto de Gran Caribe, un término asociado más bien a elementos de índole cultural vinculados al clima, al mestizaje, a cierta vocación por la negritud, a la música de una región identificada por valores de identidad compartidos y naturalmente asumidos.22

La unidad racial y agrícola que se fue conformando en la región caribeña estará matizada por factores raciales económicos y culturales a lo largo de su historia,23 con una inmigración que funcionó en correspondencia con la evolución de la industria azucarera.

Momentos significativos identificarían a la migración caribeña -en la que prevaleció la población masculina sobre la femenina, regla general de los movimientos migratorios internacionales-24 como una de las más activas a partir de que el imperio británico otorgara la libertad a sus esclavos en sus colonias.

Por su parte, Francia -que había perdido a Haití, su colonia más preciada- se comprometió a suprimir la trata en sus restantes colonias durante el Congreso de Viena en 1815. Sobre esto apunta Eric Williams que ello no se concretaría hasta 1848, época del triunfo de la producción remolachera, y año de la Revolución de Febrero de 1848 y proclamación de la República en Francia.

Dicha supresión liberaría a los esclavos de las plantaciones cañeras francesas en Guadalupe, Martinica y Guayana a par-tir del decreto del 27 de abril del citado año que abolía la esclavitud en sus colonias.25

Continuará.

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