Hoy se cumplen 99 años de la primera trasmisión radial en Cuba, tras realizarse el lanzamiento al éter de su señal en la planta 2LC, de Luis Casas Romero, capitán del Ejército Libertador, músico y compositor camagüeyano. Desde entonces la historia de la radiodifusión en nuestro país sumaría otros hitos.

La Revolución enriqueció su proyección social, le dio una misión instructiva y cultural, a la vez que extendía su red de emisoras y resaltaba hasta la actualidad su importancia como servicio imprescindible aun con el gran desarrollo de las nuevas tecnologías de las comunicaciones.

Es cierto que en la era digital la Radio Cubana tiene grandes retos, pero a pesar de todos los pronósticos, el medio de comunicación masiva, todavía cautiva a oyentes de todas las edades que día a día la sintonizan en busca del hecho noticioso, la buena música y sus dramatizados.

En mi opinión la radio no es un dispositivo antiguo, por el contrario es más joven que nunca ya que gracias a la tecnología y a la creatividad de los radiofonistas se difunden de manera activa en el ciberespacio contenidos que contribuyen a la formación de la imagen de nuestra isla.

La radio tiene magia

La radio tiene su ángel propio, ha marcado al mundo con el latir de la noticia, con la inmediatez a toda prueba. Ha cautivado con espacios que hicieron historia en la familia cubana, prendada a su sonoridad, a novelas, episodios y programas musicales, donde ha venerado a sus cultores hasta nuestros días.

La radio subió a las montañas orientales, desde allí, como Radio Rebelde, se erigió voz de la verdad y esperanza, llegó al llano con la luz del primero de enero de 1959  y se multiplicó en todo el territorio nacional, con esa vocación de hacer futuro, desde la imagen expresada en sonidos.

La radio tiene magia, llega sin pedir permiso, informa, orienta, anima y convoca, sigue majestuosa siempre a tono con sus raíces y atemperada a estos tiempos difíciles pero imposibles de desafiar.

Radio Camoa, parte de la vida de San José de las Lajas, descubre con cada amanecer la fragancia de este medio de comunicación que sustenta su hacer con el respeto a esa gran familia que constituye la audiencia.

A 99 años de aquel acontecimiento que hizo luz en la sociedad cubana de entonces, los soñadores de hoy, los que amamos la radio, los que apreciamos su valía seguimos desde este siglo dibujando con el verbo sencillo la crónica de este instante.

La radio tiene magia, usted tal vez no lo ha descubierto, pero siéntase parte nuestra historia, esa que se fragua a diario con sobrada pasión para hacerla más auténtica.