Quizás suene alarmante, pero es muy real, así lo demuestran los hechos. Inusual repetición e intensidad de las lluvias, sequías, sismos, huracanes y otros fenómenos naturales en las más diversas latitudes descartan que lo del cambio climático sea un invento, demuestran que el cambio climático no es fábula.
Los ejemplos son muy concretos:
Solo del 17 de agosto hasta hoy, los Estados del Caribe y Estados Unidos han sufrido el embate de los huracanes Harvey, Irma, José y Katia.
El 7 de septiembre, México y Guatemala sentían los estragos de uno de los mayores terremotos de su historia.
América, Europa, Asia y África han sufrido severas inundaciones y lluvias torrenciales que, según los registros, son las peores en años. Esta situación ha afectado cerca de 50 millones de personas, de acuerdo con las Naciones Unidas.
A esto se suman los incendios forestales que en España, Portugal, México, Colombia y Canadá, han sucedido, siendo 2017 el peor de los últimos años en cuanto a magnitud y frecuencia de estos fenómenos, según los reportes de esas naciones.
Está también la situación que cuando hay un cambio en el hábitat, automáticamente se traduce en un aumento de las enfermedades en todo el mundo.
Las temperaturas más cálidas, los cambios en los patrones de lluvia inundaciones y sequías, se combinan y crean las condiciones adecuadas para que las ratas, mosquitos, así como otras plagas que son portadores de enfermedades.
Padecimientos como el cólera, el virus del Nilo Occidental, la fiebre del dengue, el zika, entre otras son cada vez mayores y ya no se limitan a los climas tropicales.
Según los expertos «el cambio climático es consecuencia de la actividad humana, pero lo percibimos como algo lejano, como algo que nos puede afectar solo en el futuro».
Sin embargo, sus consecuencias, se traducen también en pérdidas de vidas humanas, pérdidas a la economía de los países, y destrucción de los ecosistemas. Pongamos más ejemplos.
En el entorno que nos rodea, un dato preocupante es que nuestras playas pueden verse afectadas por la subida del nivel del mar, existen cada vez más especies invasoras y en un futuro, quizás no tan lejano, podemos tener problemas de disponibilidad de agua.
Las sequías se encuentran en el polo opuesto de la sentencia anterior y podemos ver que ya están causando estragos en varias partes del mundo; y generan una especie de cadena: el planeta se calienta, a su vez disminuye el agua dulce, lo que lleva a malas condiciones en la agricultura, esto puede acarrear interrupciones en la producción mundial de alimentos.
El principal acuerdo climático de carácter internacional es el París adoptado en 2015, del cual Cuba forma parte.
De igual forma el estado Cubano ha adoptado un Plan para el enfrentamiento al cambio climático sustentado sobre una base científica multidisciplinaria, denominado «Tarea Vida».
Esta estrategia está inspirada en el pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, quien en su discurso en la Cumbre de la Tierra 1992, en Río de Janeiro, describiría con claridad meridiana los riesgos y desafíos a enfrentar por la civilización ante el cambio climático.
La política da prioridad a 73 de los 168 municipios cubanos, 63 de ellos en zonas costeras y otros 10 en el interior del territorio.
En resumen, el plan contempla cinco acciones estratégicas y once tareas dirigidas a contrarrestar las afectaciones en las zonas vulnerables, así «como priorizar las medidas y acciones para elevar la percepción del riesgo y aumentar el nivel de conocimiento y el grado de participación de toda la población en el enfrentamiento al cambio climático y una cultura que fomente el ahorro del agua».
Aunque a nivel institucional se adopten medidas, resulta de suma importancia la conciencia ambiental, apostar por el bienestar de nuestro gran hogar, que es el planeta tierra.
Las acciones individuales en su conjunto forman un gran programa, que al final nos favorecerá a nosotros mismos.
Escuche las previsiones del Comandante en Jefe Fidel Castro en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,1992, en Río de Janeiro: