Los sublevados lograron dominar la Base Naval de Cayo Largo y con la participación de las milicias del Movimiento y de numerosos ciudadanos que se aprestaron a luchar con las armas distribuidas al pueblo, comenzaron a combatir en distintos puntos de la ciudad.
Durante todo ese día y gran parte de la noche, se luchó en las calles de Cienfuegos, hasta que vencidos los últimos focos de resistencia popular por los poderosos refuerzos enviados desde Santa Clara, Matanzas, Camagüey y La Habana, la ciudad amaneció el día 6 de nuevo en manos del enemigo.
En la conmemoración por los 60 años del levantamiento popular, el Comandante Julio Camacho Aguilera, jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26-7en la antigua provincia de Las Villas, consideró este suceso patrio como un hecho exitoso y no un acto fallido.
A decir del Comandante Camacho el 5 de septiembre de 1957 se demostró la unidad del pueblo en torno a las ideas revolucionarias, y reconoció que por cada compañero caído se multiplicaron otros en la búsqueda de conquistas eternas como el derecho a la libertad, la soberanía y el decoro que hoy disfrutan los cubanos.
Cada año el pueblo de Cienfuegos, a nombre de todos los cubanos, recuerda a los caídos en los sucesos del 5 de septiembre, pero en esta ocasión no todo será igual, por la existencia del coronavirus, pandemia que sacude al mundo y en Cuba ha tomado a Cienfuegos como unos de sus epicentros, por lo que el pueblo cienfueguero está llamado a un nuevo levantamiento, en esta ocasión a favor de la salud.
Y es que esta región del centro-sur de Cuba vive una de las situaciones epidemiológicas más difíciles de todos los tiempos, miles de personas enferman por la COVID-19, con muertes que duelen y enlutan a la familia cubana.
Y, para importunar más, existe también escasez de algunos medicamentos, oxígeno y otros recursos hospitalarios, afectados en gran medida por el bloqueo norteamericano contra la Isla, apoyado por una desgarradora guerra mediática desde las redes sociales.
Pero la voluntad del pueblo en esta lucha tan desigual –encabezada por la tarea titánica del personal médico, de enfermería y paramédico -, se mantiene firme y consciente de que en esta ocasión, como aquel 5 de septiembre de 1957 cuando el héroe fue el propio pueblo, se saldrá victorioso una vez más con disciplina, responsabilidad y muchos deseos de vivir. Así pensamos.