Encauzan en congreso estadounidense soporte para la subversión en Cuba

Ese órgano del Congreso aprobó más de 32 millones de dólares para apuntalar programas subversivos contra la mayor de las Antillas durante el año fiscal 2020, a iniciarse en octubre próximo.

Veinte millones estarían destinados a la llamada promoción de la democracia en Cuba y el resto a las transmisiones de Radio y Televisión Martí, a pesar del nulo seguimiento en el archipiélago caribeño.

Curiosamente, un informe de un equipo de investigación en Washington calificó en mayo último de mal periodismo y propaganda ineficaz los contenidos de las emisoras.

Como se infiere, el Departamento norteamericano de Estado y los servicios de inteligencia intentan socavar a Cuba en esferas sensibles como la democracia, derechos humanos y sociedad civil.

Se trata de conceptos y postulados sobre los que Occidente impone su febril y particular visión, negando cualquier otra.

Particular destino de los presupuestos perfilados aún pendientes de confirmación en el Senado lo tendrán los denominados activistas de derechos humanos, en realidad agentes sediciosos, y los llamados líderes de la sociedad civil.

Para un objetivo tan codiciado, Estados Unidos NO ha escatimado recursos financieros en años anteriores como lo prueban las estadísticas.

El país norteño utilizó desde enero de 2017 hasta el presente más de 22 millones de dólares para planes de subversión contra Cuba.

Entre los salpicados con el dinero figuran el Instituto Republicano Internacional, la Dirección Democrática Cubana y los portales CubaNet y Diario de Cuba, encargados de falsear la realidad antillana.

Por mandato de la administración de Donald Trump se creó a inicios de 2018 una nueva Fuerza de Tarea en Internet dedicada a alterar el orden interno en la mayor de las Antillas, bajo el disfraz de la promoción del libre flujo de información.

Antes, una investigación de la agencia cablegráfica AP reveló la existencia de un proyecto secreto de la USAID, Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos.

El propósito consistió en diseñar un supuesto Twitter cubano, denominado Zunzuneo, a fin de manipular a los jóvenes.

Previamente, el gobierno cubano denunció el programa Piramideo dirigido a promover una llamada red de amigos que canalizaría mensajes tendenciosos.

Todos fracasaron estrepitosamente y ese será la misma conclusión del actual paquete millonario a favor de la subversión en Cuba si a la postre el Congreso lo reafirma.

 

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