El FIEL y la guerra mediática contra Cuba. Año 1960

Prácticamente, desde el 1ro. de enero de 1959 la jefatura de la Revolución, y en especial el Comandante en Jefe Fidel Castro tuvo plena conciencia de una lucha que tendía, por razones obvias, a incrementarse, dada la actitud injerencista del gobierno estadounidense y la contrarrevolución interna.  

Resultaba vital para el naciente proyecto sociopolítico cubano, su solidez y la marcha de grandes proyectos, el control de medios tan importantes como la radio, la televisión y la prensa escrita.

Antes que culminara el año 1959 habían pasado a manos del Estado revolucionario distintas emisoras y televisoras propiedad de personeros de la dictadura batistiana, pero no eran las más importantes.

Radio Rebelde se había multiplicado con el pase de los 12 transmisores que antes poseía el Circuito Nacional, al igual que otras plantas como Unión Radio y Cadena Oriental de Radio.

Igual sucedió con varios canales de televisión. El monopolio de los Mestre, quienes presidían la reaccionaria Federación de Radiodiemisores de Cuba (FREC), integrado por las estaciones radiales y televisivas más poderosas, todavía mostraba su vitalidad y un gran poder mediático.

En la prensa escrita los primeros periódicos intervenidos fueron Ataja y Tiempo en Cuba. En ese sector el panorama no era diferente en cuanto al enfrentamiento a la Revolución.

Rotativos como El Diario de la Marina, Avance, Excelsior, El País y otros, eran además, marionetas dirigidas por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y por su cabeza dirigente, Jules Dubois, de vieja experiencia con los servicios especiales estadounidenses, en particular con la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

En su agenda estaba priorizada la supuesta inexistencia en Cuba de la libertad de prensa, en franca comunión con la Organización de Estados Americanos (OEA).

Meses después, en marzo de 1960, el Gobierno Revolucionario seguía combatiendo todo tipo de mentiras, patrañas, guerras psicológicas y medidas de la Administración estadounidense encabezada por el Presidente Eisenhower, y destinadas a aislar y hacer fracasar el nuevo proyecto social en la isla.

Se tenía muy presente, como experiencia, la victoria mediática alcanzada por Cuba con la Operación Verdad, en enero de 1959, que aglutinó en La Habana a unos 380 periodistas de distintas nacionalidades, incluyendo estadounidenses, con el fin de desmentir categóricamente la campaña orquestada con respecto a los juicios contra los criminales de guerra del régimen batistiano.

La visión política de Fidel

La ejecutoria visionaria de Fidel Castro se orientó a propiciar el control total de los principales medios existentes en la capital y en otros territorios del país. En el caso de los periódicos nacionales, esa estrategia se facilitó cuando sus propietarios decidieron abandonarlos, por decisión propia, y marchar al extranjero, en especial hacia Estados Unidos.

Ante la situación que se presentaba correspondió a los trabajadores de los colectivos: periodistas, técnicos, obreros poligráficos y empleomanía en general, hacerse cargo del rumbo de los distintos diarios. Así las cosas, a partir de los meses de enero y febrero de 1960 se decidió crear una comisión organizadora encargada de dar los primeros pasos para el nacimiento del Frente Independiente de Emisoras Libres (FIEL).

Su misión consistió, desde un primer momento, y mediante una labor paciente, en aglutinar, mediante entrega voluntaria o compra, las emisoras pequeñas existentes en el país que todavía no habían pasado al Estado.

El objetivo final era lograr que, en el menor tiempo posible, el mensaje de la Revolución y los discursos de Fidel, de manera particular, llegaran sin obstáculo alguno a la población para su orientación a través de cadenas radiales y televisivas que pudieran constituirse.

Los integrantes de la comisión organizadora, muchos de ellos procedentes de la lucha clandestina contra Fulgencio Batista, se caracterizaron por una gran movilidad, trasladándose previamente a otras provincias para dar a conocer la razón de ser del FIEL como eficaz iniciativa destinada a fortalecer y consolidar política e ideológicamente a la Revolución, y que sirviera como un valladar contra todo tipo de campaña diversionista.

En todas esas labores tuvo un destaque sobresaliente Wilfredo Rodríguez Cárdenas, quien gozaba de gran prestigio y autoridad, no solo como amplio conocedor del medio, sino por haber sido el Coordinador del Movimiento 26 de Julio en el sector de la Radio y la Televisión.

Durante los días 18,19 y 20 de marzo, en el hotel Sevilla, en La Habana, tuvo lugar la Convención en que se constituyó el FIEL, con la presencia de cerca de 200 personas, entre ellas, decenas de representantes de distintas emisoras de la nación.

En dicho evento, se otorgó la mayor atención, al punto que su primera y última sesión fueron presididas por el doctor Osvaldo Dorticós Torrado, Presidente de la República; el Comandante Juan Almeida Bosque, y otros dirigentes.

Dorticós tendría a su cargo las conclusiones de otra fuerza revolucionaria que surgía, haciendo hincapié en la soberanía de Cuba para comprar armas y aviones para su defensa, censurando la declaración de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) al dudar de la existencia de la libertad de prensa en la isla, comparando a nuestro país con las tiranías de Santo Domingo y Paraguay.

Insistió el Presidente Dorticós en la necesaria lucha contra toda desinformación por parte de los enemigos internos y externos, y en lo que el FIEL tendría como responsabilidad ser un abanderado consecuente.

Entre marzo y noviembre de 1960 en que funcionó el Frente, su slogan o identificación en las emisoras se hizo familiar para los oyentes cubanos: «FIEL, fiel a Cuba, fiel a la Revolución».

Sin lugar a dudas, la creación del FIEL fue una decisión magistral tomada por el Gobierno Revolucionario.

Por sus resultados, se constató en la práctica que nuevos medios afines a la Revolución podían situarse, en un momento determinado, por encima de los poderosos. Ello fue más inteligente que la simple intervención de los mismos.

Fidel, quien siempre tuvo un reconocimiento justo sobre la ejecutoria del FIEL, dijo con justeza política el 25 de marzo de 1961: «nosotros tenemos muy presente que el FIEL, cuando las grandes emisoras estaban contra la Revolución, estaba al lado de la Revolución y ayudando a la Revolución».

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