Junto a Raúl y Díaz-Canel a la Plaza

Por eso no será casual la presencia conjunta del liderazgo político y gubernamental del país, empeñado en garantizar la concreción de un proyecto que solo saldrá adelante con el concurso colectivo.

La unidad, alcanzada por Martí y Fidel, es garantía de la supervivencia de un proyecto que rema a contracorriente de la contraofensiva del neoliberalismo en Latinoamérica y de la inacabable hostilidad de Estados Unidos.

Cuba vive un momento en el que no pueden permitirse las fisuras.

La Revolución triunfante se erigió sobre un esfuerzo colectivo que unió en las montañas a la clase obrera con el más humilde campesinado.

A lo largo del último medio siglo cubano, esa unidad ha sido protagonista de una épica que trasciende las fronteras nacionales para ser referente donde uno menos se lo imagina.

Fidel lo dijo hace casi 60 años, que esta era una Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes, un concepto que habla claro del sesgo político de la radical transformación que vivió este país.

La coyuntura actual, con la nación enfrascada en una profunda transformación económica y frente una renovada hostilidad de Estados Unidos, implica cerrar filas alrededor de la Generación histórica y los continuadores, por eso se marchará este 1ero. de Mayo, junto a Raúl y Díaz-Canel.

 

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