Lo que deja el Congreso del Partido

Está claro que con la intención de tener un país próspero, Cuba seguirá haciendo el sueño a mano y sin permiso, como proclamó el trovador.

Y aunque son grandes los riesgos que entraña el desafío, la segura retaguardia de quienes nos trajeron hasta aquí y la voluntad de los continuadores conforman la unión perfecta de cara al futuro.

Pero no todo quedó en lo discursivo o filosófico, sino que con la hoja de ruta que dejaron el Informe Central y los otros documentos aprobados, hay una dirección marcada para navegar en aguas procelosas, porque nadie ha dicho que será fácil el avance, pero peor sería quedarnos varados.

Empujar la economía

En el rumbo de la nación no puede haber estancamiento y el principal avance tiene que estar en la economía, un sector que necesita expresar todas sus potencialidades.

Y es que, está claro, que los sueños de un socialismo próspero pasan inexorablemente por la eliminación de fallas estructurales, desestímulos productivos y trabas burocráticas.

También desterrar lo que el propio Raúl calificó como el dañino hábito de importar. La actualización de los Lineamientos, que pasaron a ser 201, fijó las tareas prioritarias del país, que de manera paralela tiene que defenderse de los intentos de subversión, no solo en las redes.

El 8vo Congreso ha sido histórico por la natural continuidad generacional, pero también por trazar un mapa de la Cuba que tenemos y de la que aspiramos, una Cuba soberana y próspera.

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