Pinar del Río se renueva

Lo cierto es que Pinar del Río, por tercera vez en su corta historia, vuelve a ganar la sede del acto nacional por el 26 de Julio. No ha sido una decisión festinada, ni un regalo banal, sino el resultado de una sostenida labor dirigida a hacer crecer ese territorio y resolver los problemas de la gente.

En el año 1976, después en el 2000 y ahora dentro de unos días, la antigua «Cenicienta de Cuba» ha demostrado que es una princesa capaz de engrandecer una obra crecida con el aporte de sucesivas generaciones. Hace mucho tiempo que Pinar del Río trascendió la belleza de los mogotes de Viñales.

La más reciente cosecha tabacalera en Pinar del Río clasifica como la mejor de la última década. Más de 30 millones de cujes se alistan para entregar a la industria unas 19 000 toneladas de hojas de tabaco.

De manera paralela, el proyecto Castellanos comenzó a funcionar en Minas de Matahambre para el procesamiento de concentrado de plomo y zinc.

El turismo, que tenía a Viñales como un punto importante, empieza a caminar hacia Guanacahabibes, donde se proyecta un campo de golf asociado al desarrollo inmobiliario.

En la ciudad capital, que en septiembre cumple 150 años, se concluyeron 42 obras y están en marcha otras 35.

Pero lo más importante no es solo la transformación de la imagen, sino el cambio en las mentes de las personas que hoy hacen que Pinar del Río se renueva.

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