Reinará la alegría infantil este tercer domingo de julio

Nada resulta más gratificante que llegar a casa y cobijarnos en sus brazos para entre sonrisas de caramelos, encontrar el lugar donde acaban los sinsabores, donde olvidamos el tormento del día a día, la incertidumbre de la vida.

Cómo no encontrar dulzura en los pequeños que derrumban un mar de molestias y en muchas ocasiones hacen que papá decline su castigo perdonando su desliz.

Niñez, hermoso vocablo en los que el apego, la ternura y la complacencia van de la mano. Es una etapa de la vida donde los juegos y la ingenuidad galantean para en franco desarrollo manifestar felices comportamientos.

Son ellos flores cuyos pétalos y esencias recrean, redimen y ennoblecen. Creer y luchar por todos más que una obligación es pura necesidad humana.

En Cuba tienen deberes y derechos. La Constitución defiende que no haya uno sin escuela, alimentación y vestido. Deben ser preparados para la existencia social. Tienen derecho a la educación cualquiera que sea la situación económica de su familia.

Celebremos entonces este tercer domingo de julio, Día de los niños, con la más austera demostración de cariño y dedicación. Convirtamos nuestros hogares en espacios diferentes. Animada y creativa la familia podrá hacer de este domingo un día diferente . Convencidos todos de que nada hay más hermoso que la sonrisa de los niños, pensemos en abrir paso al futuro con ejemplos de amor y sabiduría.

 

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