Se apoderan el caos y la violencia de Washington D.C. (+Vídeo)

Seguidores del presidente Donald Trump irrumpieron este miércoles en el Capitolio (la sede del Congreso estadounidense en Washington DC) mientras se llevaba a cabo el proceso de certificación de los votos de las elecciones del pasado 3 de noviembre.

El vicepresidente, Mike Pence, fue evacuado y los legisladores se pusieron a refugio mientras la policía usaba gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes dentro del edificio, tratando de evitar medidas más duras que desatasen una escalada de violencia. Una mujer murió tras un disparo, según la policía. En televisión se podían ver imágenes de agentes de seguridad con sus armas desenfundadas protegiendo las puertas de las salas del pleno y de ciudadanos rompiendo las ventanas para entrar. Los comentaristas no dejaban de repetir frases como: “Esto es Estados Unidos de América” o “Esto es el Congreso de Estados Unidos”, desconcertados ante la deriva de su país.

Sobre las cuatro y media de la tarde, con la situación descontrolada desde hacía horas, Trump publicó una declaración grabada en la que pidió a su gente que abandonase el lugar, pero echó más gasolina al fuego, insistiendo en que les habían “robado” la elección. “Id a casa, os queremos, sois muy especiales, pero os tenéis que ir a casa”, señaló. El presidente electo, Joe Biden, denunció que lo ocurrido era “una insurrección, no una protesta” e instó a Trump a pedir el fin del asedio. A las cinco de la tarde no había aún datos concluyentes sobre detenidos o heridos. Entre los grupos manifestantes, se esperaba desde hace días la participación del grupo ultraderechista Proud Boys. 

El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, pronunció un duro discurso desacreditando la ofensiva de Trump, después de cuatro años de pragmática connivencia con el hombre que les había ganado la Casa Blanca en 2016. “Los votantes, los tribunales y los Estados han hablado. Si los revertimos dañaremos a nuestra República para siempre”, dijo. “Si anulamos estas elecciones por meras acusaciones del bando perdedor, nuestra democracia se adentrará en una espiral mortal”, añadió. Al otro lado de esos muros, la tensión había empezado a crecer y los manifestantes habían provocado los primeros altercados.

Es imposible calcular ahora las secuelas que dejará en el sistema y en la confianza de los ciudadanos una jornada como la de este miércoles. A las tres y media de la tarde, después de una hora de vorágine, el presidente aún no había pedido a sus acólitos que abandonaran el Congreso y se había limitado a escribir en su cuenta de Twitter: “Por favor, apoyen a la policía del Capitolio y las fuerzas del orden. Ellos están de veras del lado de nuestro país. ¡Manteneos pacíficos!”. Poco después, agregó un mensaje en la misma línea: “Pido a todos los que están en el Capitolio que permanezcan en paz. ¡Sin violencia! Recordad: nosotros somos el partido de la ley y el orden”.

El asalto al edificio se prolongó durante horas y dejó al menos una víctima mortal, una mujer que recibió un disparo en el pecho cuya identidad no se hizo pública. La policía metropolitana de Washington D.C. comunicó que hizo 13 arrestos y requiso cinco armas de fuego. Los insólitos hechos despertaron reacciones de rechazo dentro y fuera de Estados Unidos.

Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara de Representantes, aseguró antes que se reunirían de nuevo esta noche, y ya han comenzado a llegar los senadores para reanudar la sesión que ratificaría el conteo de votos de las elecciones presidenciales.

 

 

 

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