Precursores
Como antecedentes importantes de esta conmemoración, puede afirmarse que desde que Luis Casas Romero realizó su primera transmisión radial en La Habana, el 22 de agosto de 1922, el furor de la radio devino fenómeno significativo entre la sociedad insular que presenció la pronta proliferación de numerosas plantas en toda la geografía nacional, y junto con ellas el inicio de una nueva profesión: el locutor; motivo por el cual el 20 de octubre de 1935 se instituyó en Camagüey la primera Asociación de Radio Locutores en Cuba, de la cual surgió, poco después, el CNL.
Con sólidas bases organizativas, los trabajadores de la radio encargados de trasmitir con su voz, a través del éter, disimiles sensaciones y emociones lucharon por la unidad en el análisis de los aspectos inherentes a su labor en cada planta. Los más diestros eran capaces de educar, movilizar y guiar a los radioescuchas que asimismo se identificaban con sus estilos, y su singular manera de expresarse en los noticieros y otros espacios, entre ellos los culturales y los deportivos. La imagen de aquella persona que persuadía a sus interlocutores a través del aparato captador de las señales radiales, era imaginada con infinidad de figuras asociadas a sus voces.
Un grupo de connotados locutores y directivos de la radio, como Goar Mestre, Ramón L. Bengochea, López del Rincón, Roberto García Serra, Eduardo Héctor Alonso e Ibrahim Urbino, participaron en el primer Congreso Interamericano de Radiodifusores, celebrado en el año 1945 en Río de Janeiro, Brasil, y al que asistieron delegados de toda Latinoamérica. Entre los objetivos de aquella cita estuvo el de unificar a las radioemisoras del continente a través de la creación de la Asociación Interamericana de Radiodifusores.
Acuerdo del primer encuentro del Colegio Nacional de Locutores
Durante los días 25 y 26 de enero del año 1947, la ciudad de Camagüey fue sede del primer encuentro —tipo congreso— del Colegio Nacional de Locutores (CNL), del que surgió su junta directiva con la presencia de profesionales de este oficio de toda la nación, quienes, entre otros acuerdos, aprobaron proponer a las autoridades competentes la Ley del Retiro del Locutor, gestionar la creación de la Escuela Nacional de Locutores, fundar la Casa del Locutor en La Habana y en el resto de las provincias —entonces seis—, propiciar la Ley de Radio e instaurar el Día del Locutor.
Este último aspecto fue propuesto por Félix Travieso (fundador de Radio Reloj) quien era vocal del CNL, seguidamente secundado con frases de apoyo de varios de los presentes, entre ellos Jorge Luis Nieto García, de RHC Cadena Azul. La idea fue aprobada por unanimidad y se comenzaron las gestiones para tal fin.
En memoria de un extraordinario joven locutor
Hacia finales del mes de noviembre del año 1953, víctima de la enfermedad de Hodgkin — cáncer del sistema linfático—, y con solo 33 años de edad, Nieto falleció en la capital, tras dejar una amplia hoja de servicios en la radio nacional, desde que a la edad de 12 años se inició como locutor en la emisora CMJP, de la ciudad de Morón, entonces perteneciente a la provincia de Camagüey, y en 1938 se radicó en La Habana. Al disolverse la RHC Cadena Azul comenzó a desempeñarse en la CMQ. En sus breves años de existencia, sobresalió por ser excelente locutor y animador, con una dicción y timbre que prontamente ganaban la simpatía de los radioescuchas. Fue ferviente defensor de la unidad del gremio y de sus demandas.
En 1954, en cumplimiento de uno de los acuerdos de la reunión efectuada siete años atrás en Camagüey el CNL, a propuesta de sus integrantes, acordó instituir el Día del Locutor en eterna recordación del joven y activo colega Jorge L. Nieto; celebración nacional que se hizo segura tras la firma de un decreto que precisaba que tal efeméride se conmemoraría, a partir de ese mismo año, cada primero de diciembre.
Vale apuntar que entre el 27 y el 30 de julio de 1952, la ciudad de México fue sede del Primer Congreso Interamericano de Locutores, organizado por los directivos del CNL y la Asociación Nacional de Locutores de México. Hace diez años, Cuba propuso celebrar, cada 27 de julio, el Día del Locutor Hispanoamericano, para recordar el aquella reunión de profesionales de la palabra.
La inolvidable voz de la Sierra Maestra
El 24 de febrero de 1959, salió al aire desde la Sierra Maestra, Radio Rebelde, emisora de la Revolución, identificada con la voz de la inolvidable locutora Violeta del Casal Díaz, símbolo de la mujer locutora en Cuba y eximia actriz, que desde el mes de agosto de 1958, comenzó a ser perseguida por sus actividades revolucionarias, motivo por el cual abandonó la escena, para después de participar en la Huelga del 9 de abril y sufrir detención en La Habana, partir hacia la Sierra Maestra e inscribirse en la historia por la independencia nacional. Su voz se unió desde la altura insurrecta a la de los revolucionarios Ricardo Martínez, Orestes Valera, Guillermo Pérez y Jorge Enrique Mendoza.
En el silencio del hogar, la mayoría de los cubanos esperaban la potente voz con elevados matices de Violeta. Su memorable “Aquí, Radio Rebelde”, llegaba desde la Sierra para informar al pueblo de los últimos acontecimientos del Ejército Rebelde. Mujer con una admirable belleza, a inicios de la década de los años 50 fue considerada como una de las tres mejores actrices del teatro cubano, junto con Marisabel Sáenz y Rosa Felipe. Se graduó en la Universidad de la Habana de Doctora en Filosofía y Letras y Pedagogía, respectivamente; además de culminar estudios en la Academia de Arte Dramático. En la década de los años 60 del pasado siglo fue directora de Radio Rebelde, tarea que alternó con sus actuaciones en la radio y la televisión.
La radio y la televisión, patrimonio del pueblo
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, entre los días finales del año 1961 y principios de 1962, la Comisión de Orientación Revolucionaria, primera de las Organizaciones Revolucionarias Integradas —posteriormente devenida Partido Unido de la Revolución Socialista—, institucionalizó las redes de radio y televisión existentes en el país a través de la firma de la Ley 1030, que validaba la creación del Instituto Cubano de Radiodifusión, el 24 de mayo de 1962.
Trece años después, esta institución pasó a denominarse Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), con el fin de garantizar que en ambos medios se ofreciera una programación portadora de altas virtudes políticas, ideológicas, sociales, éticas y estéticas, al servicio de los conocimientos, la cultura, la recreación y la defensa de los valores e intereses más sagrados de la nación y de todos sus ciudadanos, dirigida a profundizar los más elevados ideales patrióticos e internacionalistas de nuestro pueblo, en la lucha por su independencia, soberanía e identidad nacional y su amor a la construcción del socialismo, teniendo en cuenta las necesidades y deseos del público.
Un centenar de emisoras para miles de locutores
Actualmente la red de radiodifusión de Cuba está compuesta por más de 800 transmisores ubicados en 363 centros técnicos a lo largo y ancho del país. Se han instalado varios transmisores para mejorar la cobertura de Norte, Centro y Sur América, así como el área del Caribe, lo que elevó también su eficiencia y confiabilidad. La Radio Cubana ha crecido a tal punto que actualmente exhibe 99 emisoras, entre nacionales, provinciales, municipales y locales, además de la internacional Radio Habana Cuba, las cuales llegan a cubrir un 98 por ciento del territorio nacional.
En cada una de esas plantas laboran numerosos locutores, entre ellos jóvenes que se han enriquecido con la experiencia acumulada durante varios años por otros consagrados, para de tal modo identificar a estos artífices de la expresión hablada como un gran colectivo cuyo ejercicio se caracteriza por su calidad profesional, amén de su total consagración y superación.
Algunos de los grandes de la locución en Cuba
Entre los locutores más destacados en Cuba se recuerdan a los singulares y carismáticos Germán Pinelli y Consuelito Vidal, así como a César Arredondo, Moraima Ruiz, Antonio Pera Quintana y Manolo Ortega. Igualmente, en este primero de diciembre, vale evocar a otros grandes de la locución como Franco Carbón, Josefa Bracero, Julio Acanda, Julio Alberto Casanova, Laritza Ulloa, Margarita Balboa, Marialina Grau, Marianita Morejón, Marino Luzardo, Miguel Navarro, Nancy González, Obelia Blanco, Orlando Castellanos, Rakel Mayedo, Rosalía Arnáez, y Marta Yabor Ballbé.
Reconocidas y queridas por el pueblo cubano asimismo son las figuras y voces de Agnés Becerra, Ángel Miguel Alea; Rafael Serrano, Teresita Segarra, Yolanda Pujols, Fela Jar, José Antonio Nápoles, Fernando Guardado, Eva Rodríguez, Georgina Almanza, Irma Shelton, Magdiel Pérez, Marta Velazco, Nela del Rosario, Talía González, Eddy Martin, José (Pepe) Mejías, Eduardo Rosillo, Dinorah del Real, Cepero Brito, Bárbara Sánchez Novoa, Mauricio Lomonte, Asenneh Rodríguez, Alden Knight, Floirán Arencibia, Isabel Fernández, Irela Bravo, María Victoria Gil (Viki), Pedro Martínez Arcos, Máximo Velázquez y Rodovaldo Hernández, y otros muchos que harían interminable esta lista. Algunos de ellos ya fallecidos y otros que han seguido por el camino del éxito emprendido por aquellos.
Mención aparte merece Hugo Rojas Galindo, de la CMKW (hoy Radio Mambí, en Santiago de Cuba), mártir de la locución, asesinado por los sicarios batistianos.
Problemas por resolver
Por supuesto, en el giro de la locución, en nuestro país existen dificultades, la mayoría de estas subjetivas, derivadas de la insuficiente formación de algunos de estos profesionales que precisan trabajar más y mejor su ejercicio como comunicador, para lo cual no basta con ejercitar una poderosa y llamativa voz, sino poseer una vasta cultura general que les permita tratar disímiles temas, sobre todo en la modernidad cuando a través de la internet las personas tienen conocimiento de los más variados asuntos relacionados con la cultura, la ciencia, el deporte… Para el locutor es de vital importancia ser creíble, culto e informado.
La Cátedra Cubana de Locución (CCL) tiene entre sus objetivos resolver estos problemas recurrentemente tratados en sus eventos científicos, oportunidad en que igualmente analizan asuntos relacionados con la ética del locutor y los peligros asociados a su salud vocal, la narración oral, las tecnologías, la capacitación y desarrollo integral.
Perfeccionar el ejercicio de la locución
Guillermo Pavón, vicepresidente del ICRT, durante el Séptimo Taller Nacional El arte de la locución y el Quinto Encuentro Pedagógico sobre Formación y Perfeccionamiento de Locutores, enfatizó que «el ICRT tiene que afianzar fuertemente el trabajo de los locutores cubanos y ofrecerles más oportunidades profesionales».
Durante el encuentro, que sesionó entre el 29 de noviembre y el primero de diciembre de 2018, en el Aula Magna de la Universidad Máximo Gómez Báez, en Ciego de Ávila, Pavón señaló que su organismo «tiene aún muchas deudas que saldar con estos profesionales de la comunicación; y se impone perfeccionar, junto con la academia, el modo de formación de los locutores cubanos».
«La vida de este profesional es una de las más apasionantes, y por ello debemos lograr que el locutor sea cada vez más comunicador verdadero. No puede pasar mucho tiempo sin que un grupo de locutores se reúna para discutir sus problemáticas. Y tenemos que volver a hacer reencuentros habituales con los ellos, renovar estrategias de trabajo, y no olvidar nunca las esencias fundacionales de la locución cubana», dijo Pavón.
Trascendencia internacional
A pesar de las deficiencias, la locución cubana es paradigma en Iberoamérica, por su calidad profesional que ha trascendido al mundo a través de muchas de las emisoras que tienen alcance internacional, amén de las prestigiosas ondas cortas de Radio Habana Cuba.
La locución, una de las profesiones que más inciden en la formación cultural, educativa, ideológica e informativa de los cubanos, posee la magia de la persuasión, el poder de incentivar sentimientos y emociones a través del dominio de la palabra devenida filigrana para nuestros oídos.
Sirvan estas líneas para reconocer y felicitar a estos abnegados trabajadores de la comunicación que en tiempos de la pandemia provocada por la Covid-19 han demostrado su extraordinaria valía.