El tigre asecha nuevamente

En cierta ocasión nuestro José Martí dijo: “el tigre regresa agazapado. No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando  la presa despierta tiene al tigre encima”. Eso es, exactamente, lo que pretende para África el imperio magnánimo, solidario y bondadoso, tan preocupado con el desarrollo económico de ese tan sufrido continente. Ahora resulta que el felino va, con el ropaje de gran linaje que tiene la vice de EE.UU Kamala Harris, a ofrecer maravillas al mismo continente que otrora despreciaba –y desprecia aún- por su color negro entre otros motivos, y contribuyó a su saqueo. ¿Estarán sinceramente arrepentidos? ¿Quieren ayudar sin ningún interés? ¿Es que llegó la hora de que termine el saqueo y el desprecio?

Obviamente, la respuesta es que el interés es, precisamente, el contrario. Como siempre, se impone la tropelía y el abuso. Es sumamente conocido que, a través de todos los tiempos, cuando EE.UU. ofrece alguna ayuda económica siempre es con malsanas intenciones, no otras que dominar, esclavizar, y hacer que el mundo se rinda a sus pies, porque solo ellos son los que deben desarrollarse cada vez más sin importar el sacrificio y sufrimiento de otros. En pocas palabras, el país del norte es el elegido por el más allá, y quienes lo nieguen o limiten deben ser castigados como en su tiempo lo fue la Santa Inquisición. No hay alternativas a los efectos imperiales.

En definitiva, denunciemos los verdaderos propósitos del tigre: como siempre sucede, por mecanismos económicos conocidos, o no tan conocidos, ambicionan el acceso a metales como el litio, cobalto y cobre, cuyas reservas están, precisamente, en África. ¡Que casualidad, verdad! Se sabe perfectamente que sobre todo el litio juega un papel fundamental en la alta industria militar y otras; y quien lo tenga en grandes cantidades tiene “el derecho” de dominar. Además, constituye un mecanismo ideal para reducir la influencia económica de grandes potencias como son China y Rusia y auto titularse los grandes dominadores, la primera por ser el mayor socio comercial inversor en África; mientras que Rusia coopera con varios Estados del continente en los ámbitos de la seguridad.

En definitiva, los yanquis quieren que África olvide el tenebroso pasado esclavista del que EE.UU. fue gran partícipe, como lo fue Europa, porque es la fórmula perfecta para continuar explotándola. Miles de africanos sufrieron, en los propios Estados Unidos abusos, torturas, miseria y por supuesto el odioso racismo. ¿Y se podrá fácilmente olvidar que el imperio apoyó a Europa y Sudáfrica para instaurar el régimen racista del apartheid?

Siempre debemos tener presente que nunca jamás el imperio ha prestado ayuda desinteresada a ningún país.  Vea usted algo que resulta interesante: Estados Unidos tiene actualmente una situación sumamente difícil en la que resulta evidente su pérdida progresiva y acelerada de hegemonía. Y esta situación, difiere significativamente de lo que sucedía hace mucho tiempo. Ahora es como un pataleo con ribetes diplomáticos, ejercido tras bambalinas, pero que los hace temer lo que ya hoy no tiene remedio: su autodestrucción más tarde o más temprano.

“El egoísta es dañino, enfermizo, envidioso, desdichado y cobarde” José Martí

 

 

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.

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