Estados Unidos: una nueva era militar

Precisamente, en una reunión con gobernadores realizada el 27 de febrero, Trump ofreció precisiones respecto a lo que venía anunciando en los últimos días.

En su discurso, el magnate inmobiliario aseguró: «Este presupuesto será un presupuesto de seguridad pública y seguridad nacional», y acto seguido agregó: «incluye un histórico aumento de gastos de defensa para reconstruir el diezmado Ejército de Estados Unidos, en el momento en que más lo necesitamos».

Analistas e investigadores de temas políticos e internacionales coincidieron en señalar que el jefe de la Casa Blanca justifica así un aumento de 54 mil millones de dólares destinados al gasto militar durante 2018, algo menos del 10 por ciento respecto a las erogaciones en el rubro previstas para este año.

«Este presupuesto es la expresión de mi promesa de mantener seguro a Estados Unidos», aseveró Trump, al referirse que con ello cumplía una de las líneas de pensamiento de su campaña presidencial.

«Antes decíamos que Estados Unidos jamás perdía una guerra, ahora no ganamos ninguna. Llevamos 17 años luchando en Oriente Próximo, hemos gastado seis billones de dólares y es inaceptable. Ahora estamos peor que nunca. Tenemos que empezar a ganar guerras de nuevo», subrayó.

Muchos se cuestionan cómo se desglosará esa enorme cifra, a lo que funcionarios de la Casa Blanca informaron que para suplir ese aumento, el mandatario planteará compensar con recortes en «ayuda internacional» y en todas las dependencias federales, «con la excepción de las agencias de seguridad».

Según se prevé, una de las entidades más afectadas será la Agencia de Protección Ambiental, haciendo realidad su discurso anti-ecologista, para beneplácito de  las grandes corporaciones y la derecha ultraconservadora.

Este anuncio tuvo lugar después de la Conferencia de Acción Política Conservadora, realizada en Maryland, donde Trump pronunció un discurso militarista apelando a la vuelta de la supremacía total en el mundo. «Nadie nos volverá a desafiar. Nadie. No soy el presidente del orbe, sino de Estados Unidos», ratificó en esa ocasión.

Asimismo puntualizó: «El futuro es nuestro. Estados Unidos será mayor, más grande y fuerte que nunca. Va a ser uno de los más grandes incrementos militares de la historia. Nadie se atreverá a cuestionar jamás nuestro poder militar. Creemos en la paz a través de la fuerza, y eso es lo que vamos a hacer».

También reiteró sus críticas a los inmigrantes y remarcó la decisión de avanzar con la finalización del muro transfronterizo con México. «Tenemos a los malos dentro y los vamos a echar», precisó.

De concretarse ese propósito, el gasto militar estadounidense alcanzaría los 638 mil millones de dólares, tratándose del mayor aumento porcentual en una década.

Recordemos que en el año 2008, el entonces presidente George W. Bush logró una subida presupuestaria del 11,3 por ciento. Cinco años antes, en 2003, Bush había aumentado más del 25 por ciento.

Ese período se caracterizó por una expansión sin precedentes en Oriente Medio, a través de las guerras de alta intensidad en Afganistán e Irak y la participación en numerosos conflictos de menor escala en la región.

Esta política fue continuada por Barack Obama, quien siguió aumentando el presupuesto, aunque a un ritmo de crecimiento menor, hasta 2010, cuando superó los 720 mil millones de dólares.

Ya en los años siguientes bajó, a pesar de que Estados Unidos sostuvo su intervención en gran parte del mundo, a través de una combinación del uso de la fuerza militar con el despliegue de herramientas denominadas de «soft power«, que le otorgan mayor importancia a los mecanismos de convencimiento de tipo diplomático e ideológico-cultural.

La partida monetaria beneficiará sobremanera a a las Fuerzas Armadas. Antes de llegar a la presidencia, Trump afirmó que pretendía elevar el número de miembros del ejército de los actuales 490.000 a 540.000,  así como de batallones del Cuerpo de Marines de 23 a 36; igual prometió subir el número de los aproximadamente 270 navíos a 350, y los aviones de la Fuerza Aérea de unos 1.100 a 1.200.

Con este inmenso aporte presupuestario, el actual dignatario norteamericano quiere «volver a ganar guerras en nombre de su país, sus conciudadanos y el mundo«. 

Ha hecho pública, además, su intención de fortalecer el arsenal nuclear de EE.UU. y estar «a la cabeza de la manada» de las naciones que disponen de ese tipo de armas.

Esto es a grandes rasgos, lo que se avecina en cuanto a la gestión de Donald Trump, que sin dudas afectará la asistencia legal gratuita a personas con bajos ingresos, y con un impacto severo para las víctimas de violencia de género (mujeres); veteranos de guerra, y personas discapacitadas, y por supuesto, constituye una amenaza para la paz mundial.

Fuentes consultadas: TeleSUR, The Huffington Post, HispanTV.

 

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