Frank País García, símbolo heroico de cada mártir cubano

Frank País García (1934-1957) es uno de los héroes y mártires más queridos de la lucha revolucionaria cubana, muerto en las calles santiagueras, con solo 22 años.

Hace ahora 60 años Frank se encontraba refugiado en la casa de Raúl Pujol Arencibia (1918-1957), de la Resistencia Cívica santiaguera, cuando supo que los guardias registraban las casas a unas cuadras de allí.

Ambos intentaron escapar del cerco y salieron caminando por la calle San Germán arriba, pero les dieron el alto y al registrarlos, le hallaron una pistola a Frank, quien fue identificado por un policía que lo conocía.

Resultaron golpeados y ametrallados; el asesino José María Salas Cañizares lo remató en el suelo.

La noticia de su asesinato por las fuerzas represivas se conoció en toda Cuba, a pesar de la censura oficial, y una huelga general, espontánea, se extendió por Oriente y otras provincias en abierto desafío al dictador Fulgencio Batista.

Las mujeres fueron con su madre Doña Rosario a reclamar el cadáver.

Nadie pudo impedir que lo vistieran con el uniforme verde olivo del Ejército Rebelde, y que llevara sobre el pecho la boina y el brazalete del Movimiento 26 de Julio, ni tampoco el desbordamiento popular que el 31 de julio llenó más de 20 cuadras en las calles de Santiago de Cuba.

“No puedo expresar la amargura, el dolor infinito que nos embarga”, expresó el líder rebelde Fidel Castro desde la Sierra Maestra:

“!Qué bárbaros!, lo cazaron en la calle cobardemente valiéndose de las ventajas de que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino. ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad, que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País; lo que había en él de grande y prometedor.”

¿Quién es el inolvidable Frank País?

Jefe de Acción y Sabotaje y miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio fue Frank País (David y otros seudónimos clandestinos) un poeta, músico y pintor aficionado que aglutinó lo mejor de su generación, y sobre todo, maestro y revolucionario.

De este niño y joven precoz, sus menos de 23 años fueron suficientes para descollar como líder estudiantil, primero, y llegar a ser el alma de la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Pocas personas resultaban insensibles frente a este magnífico joven, huérfano a la edad de cinco años, hijo del pastor Francisco País Pesqueira y de Rosario García Calviño, la cual ejecutaba -en órgano o piano- piezas de música litúrgica, en la Primera Iglesia Bautista de la ciudad.

Frank creó una amplia estructura para la acción a la cual incorporó numerosos jóvenes estudiantes y obreros, y buscó el apoyo de personas de todas las edades y sectores sociales.

Organizó en 1956 el levantamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco de la expedición del yate Granma.

Luego resultó una especie de cordón umbilical que salva, refuerza y abastece al naciente Ejército Rebelde, el cual pasaba por las manos de Frank (David) en Santiago de Cuba y de Celia Sánchez (Norma) en Manzanillo.

Y en cuanto a la Sierra Maestra, cuando se escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que aparecer dos nombres: David y Norma, expresa un documento de esa época del Estado Mayor del Ejército Rebelde.

La obra de David trascendió más allá de su asesinato por los cuerpos represivos.

Qué de grande e inmortal tenía este joven maestro y poeta, con rostro de adolescente -hijo de españoles- del cual Ernesto Che Guevara manifestó: “…sus ojos mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en la misma y además, que ese hombre era un ser superior. Hoy se llama, el inolvidable Frank País; para mí que lo vi una sola vez, es así”.

 

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