Fidel habla de Ángel Ameijeiras. “Los valientes nunca mueren”

El segundo, Gustavo, fue detenido al salir de las prisiones hace unos meses y desaparecido, sin dejar rastros, por las hordas del teniente coronel Ventura. Un cuarto hermano está preso en Isla de Pinos, por luchar también contra la opresión, y el quinto, Efigenio Ameijeiras, desembarcó con los expedicionarios del Granma en Playa Colorada, el 2 de diciembre de 1956. Es uno de los ochenta y dos que mantuvieron en alto la bandera de la Revolución los días difíciles de la Sierra Maestra y es hoy por sus méritos en innumerables combates, comandante de las Fuerzas Rebeldes y segundo jefe del Frente número II, “Frank País”.

Cinco hermanos: tres muertos, uno en Isla de Pinos y el otro combatiendo en los campos de batalla. La estirpe de los Ameijeiras es un ejemplo conmovedor de heroísmo que recuerda la familia de los Maceo. Los que no hayan comprendido todavía el significado profundo de esta lucha y los sacrificios que está haciendo nuestro pueblo para conquistar su libertad, debieran ver el ejemplo de esta familia que ha perdido ya a tres hijos en la épica contienda.

Para los que se han cruzado de brazos ante la infelicidad de la patria, ¡qué vergüenza! ¡Qué vergüenza para los que sobre la sangre de tanto compatriota generoso, mantienen una tiranía odiosa y sobre la que confeccionan el surco de dolor que riegan con sus lágrimas tantas madres criollas!

Ángel Ameijeiras, al caer combatiendo en las calles de La Habana, a los pocos días de unas elecciones que pretendieron presentar falsos remedios a nuestras desventuras, es una condenación más a los que se prestaron a la repugnante farsa. Jóvenes perseguidos como si fueran fieras, acorralados y obligados a vender caras sus vidas, ante las hordas criminales que no perdonan a nadie, que destrozan, en las estaciones de policía a cuantos tienen la desgracia de caer en sus manos. Eso es lo único que puede prometer al país, por otros cuatro años, su sangriento despotismo que desde 1952 conduce a nuestra patria por la fuerza.

[…] La muerte de tres jóvenes heroicos, que combatieron durante cinco horas y media el ataque de todo un cuerpo de policía, es lo único que puede ofrecer, como triste papel, la tambaleante tiranía.

La Habana es aún un feudo de los esbirros. En La Habana campean todavía, pero allí también les llegará la hora. Allí también, como hoy en Santiago de Cuba, llegarán a escuchar de muy cerca el eco de los fusiles libertarios que avanzan. Santiago de Cuba, feudo que fuera de Chaviano y Salas Cañizares, donde hasta hace poco exhibían triunfalmente su impúdica crueldad los esbirros miserables, ve acercarse la hora de la justicia, cuando apenas se ha borrado del pavimento la sangre de Frank País, y tiemblan como ratas enjauladas la manada de criminales que lo asesinaron a él, y a otros muchos.

Así también se acercará la redención de La Habana; y así también, el día no lejano, mucho antes, tal vez, de que se borre del pavimento la sangre de Ángel Ameijeiras, y sus compañeros, temblarán los asesinos y escucharán el eco de nuestros fusiles.

Emblemático complejo hospitalario de La Habana lleva el nombre de los valientes combatientes "Hermanos Ameijeiras"

Ángel Ameijeiras sigue siendo un combatiente valentísimo y los valientes nunca mueren en el recuerdo de sus pueblos. Los valientes que caen siguen peleando en todos los combates, porque los llevan en su pensamiento nuestros gloriosos soldados. Todo héroe que cae forma filas en la primera línea y son los que mandan a nuestros hombres: que no en balde las columnas llevan los nombres de los héroes que han caído.

Comandante Ángel Ameijeiras, ante ti se cuadran todos los combatientes del Ejército Rebelde y esperan tus órdenes cuando se acerquen a las calles de La Habana. 

Orden militar (*)

Se asciende al grado de comandante, al capitán de milicias Ángel Ameijeiras, que cayó combatiendo heroicamente frente a los esbirros de la tiranía y como homenaje a su ejemplar conducta de revolucionario, a su incansable espíritu de lucha, a su valor sin límites y al heroísmo con que se batió durante horas con las fuerzas mercenarias del tirano, sin importarle el número de enemigos, prefiriendo morir antes que deponer las armas, el Ejército Rebelde le concede el grado de COMANDANTE, que es el más alto de nuestra jerarquía militar.

(Fdo.)

Fidel Castro, Comandante en Jefe.


NOTA

(*) Se trata de la orden militar expedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, desde la Sierra Maestra, al conocer de la muerte del bravo combatiente, fue ascendido al grado de Comandante del Ejército Rebelde.

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