Casi inconscientemente, cuando quiero referirme al imperio yanqui, lo asocio a Calígula, el emperador asesino, malvado y hasta orate, como dicen algunos estudiosos de la historia antigua. Y es que cuando usted penetra en el laberinto de la información encuentra –sin duda alguna- que el imperio yanqui de nuestros días es un indiscutible símil de aquel otro imperio romano donde reinó el referido monstruo.
¿Por qué esta introducción?, pues porque me parece muy necesario relatar pruebas contundentes e irrebatibles para demostrar hasta dónde puede llegar el imperialismo moderno. Lo intento refiriendo ejemplos concretos en ésta primera parte, porque son tantas que no es posible mencionar en dos simples cuartillas. Iniciemos esa lista del horror:
“Si no aceptan los términos de la Declaración de Potsdan Estados Unidos tomará medidas radicales. Pueden esperar una lluvia desde el aire, algo nunca visto hasta ahora sobre la tierra.” Emperador Harry Truman. (Amenaza a Japón en 1945. Lanza la bomba atómica en la ciudad de Hiroshima. Mueren 140 mil seres humanos. Y a los 3 días posteriores lanza otra similar en Nagasaki con un saldo también aterrador.
Doctrina del Gran Garrote. Promovió el expansionismo estadounidense mediante el uso de la fuerza. Emperador Theodore Roosvelt. Decía: Speak Softly, but Carry a big Stick (habla suavemente pero lleva un gran garrote).
“Los oficiales deben estar listos para atacar de forma inmediata y sin previo aviso a 60 o más oscuros rincones del mundo”. Emperador George Bush
Contra Cuba: Invasión militar (Playa Girón); Guerra psicológica, y bacteriológica; bloqueo criminal desde hace más de 60 años; sabotajes; atentados terroristas; guerra secreta de la CIA y el FBI.; voladura de un avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo y muerte de decenas de cubanos; explosión de vapor La Coubre, también con gran cantidad de muertos que se encontraban en labores de ayuda humanitaria. Emperadores varios.
“El único modo efectivo para hacerle perder el apoyo interno al gobierno es promover el desengaño y el desaliento, mediante la insatisfacción económica y la penuria. Hay que poner en práctica, rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (…), negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de promover hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno. (Lester Mallori, Secretario Adjunto de Estado para Asuntos Interamericanos. 1960.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y hasta el 2008, el Imperio yanqui intentó derrocar a 50 gobiernos, aplastó 30 Movimientos populares que luchaban contra regímenes tiránicos, y al hacerlo bombardeó 25 países, causando la pérdida de millones de vidas y la desesperación de millones más.
Entre 1954 y 1984 fueron agredidos de una u otra forma países como Guatemala, Cuba, Viet Nam, Brasil, Perú, Chile, Argentina, Nicaragua, Granada y Haití. Pero el imperio no solo ha atacado con bombas, introduciendo gérmenes, invasiones directas etc. Además, como hábito histórico, también ha apoyado a crueles dictaduras que han enlutado a muchos pueblos, como pueden ser las de Chile, Cuba, Panamá, Argentina, Paraguay y otros países.
Como les dije a mis amables lectores, estos ejemplos son solo una pálida muestra que, no obstante, definen el carácter depredador, egoísta, prepotente y malvado del imperio yanqui. Pero no dejaré de insistir, porque hay más ejemplos que los reservo para una segunda entrega, y porque insisto, una vez más, en que la denuncia es imprescindible, mucho más en estos momentos en que el imperio viste sus mejores galas para seguir su marcha siniestra. Y veremos que nos trae Noviembre.
“Cada vez que Estados Unidos “salva” a un pueblo, lo deja convertido en un manicomio o un cementerio” Eduardo Galeano