Pero, ante este desafío, ¿qué importancia se le concede a la ANC?. Primero debemos partir de qué es una Asamblea Constituyente.
Se trata de un mecanismo previsto en las constituciones de varios países del mundo para su transformación. O sea, que no es un capricho de un gobernante para perpetuarse en el poder, sino un mecanismo amparado por la Carta Magna para cambiar o perfeccionar el modelo político, económico, social y productivo con la participación del pueblo.
Es más profunda que las enmiendas o reformas, que normalmente no tocan aspectos de fondo de la Constitución, sino que se le realizan modificaciones puntuales.
Haciendo un estudio de la Carta Magna venezolana, se plantea en el artículo 348 que una Asamblea Constituyente puede ser convocada por el Poder Ejecutivo, por una mayoría especial del Poder Legislativo (dos tercios), por una mayoría especial de los representantes de los municipios (nuevamente dos tercios) o directamente por no menos del 15 por ciento del electorado.
El artículo siguiente señala que el Presidente no puede de ninguna manera objetar el resultado de la misma y que los otros Poderes del Estado «no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Constituyente».
El pasado 1ro.de mayo, el presidente venezolano Nicolás Maduro convocó a la ANC «con la finalidad primordial de garantizar la preservación de la paz del país ante las circunstancias sociales, políticas y económicas actuales, en las que severas amenazas internas y externas de factores antidemocráticos y de marcada postura antipatriótica se ciernen sobre su orden constitucional».
En el decreto correspondiente, Maduro expresó los objetivos de dicha convocatoria:
- La paz como necesidad, derecho y anhelo de la nación, el proceso constituyente es una gran convocatoria a un diálogo nacional para contener la escalada de violencia política, mediante el reconocimiento político mutuo y de una reorganización del Estado, que recupere el principio constitucional de cooperación entre los poderes públicos .
- El perfeccionamiento del sistema económico nacional hacia (…) el nuevo modelo de la economía post petrolera, mixta, productiva, diversificada, integradora, a partir de la creación de nuevos instrumentos que dinamicen el desarrollo de las fuerzas productivas, así como la instauración de un nuevo modelo de distribución transparente que satisfaga plenamente las necesidades de abastecimiento de la población.
- Constitucionalizar las Misiones y Grandes Misiones Socialistas, desarrollando el Estado democrático, social, de derecho y de justicia (…).
- La ampliación de las competencias del Sistema de Justicia, para erradicar la impunidad de los delitos, especialmente aquellos que se cometen contra las personas (…); así como de los delitos contra la Patria y la sociedad tales como la corrupción; el contrabando de extracción; la especulación; el terrorismo; el narcotráfico; la promoción del odio social y la injerencia extranjera.
- Constitucionalización de las nuevas formas de la democracia participativa y protagónica, a partir del reconocimiento de los nuevos sujetos del Poder Popular, tales como las Comunas y Consejos Comunales, Consejos de Trabajadores y Trabajadoras, entre otras formas de organización de base territorial y social de la población.
- La defensa de la soberanía y la integridad de la nación y protección contra el intervencionismo extranjero, ampliando las competencias del Estado democrático, social, de derecho y de justicia para la preservación de la seguridad ciudadana, la garantía del ejercicio integral de los derechos humanos, la defensa de la independencia, la paz, la inmunidad, y la soberanía política, económica y territorial de Venezuela. Así como la promoción de la consolidación de un mundo pluripolar y multicéntrico que garantice el respeto al derecho y a la seguridad internacional.
- Reivindicación del carácter pluricultural de la Patria, mediante el desarrollo constitucional de los valores espirituales que nos permitan reconocernos como venezolanos y venezolanas, en nuestra diversidad étnica y cultural como garantía de convivencia pacífica en el presente y hacia el porvenir (…)
- La garantía del futuro, nuestra juventud, mediante la inclusión de un capítulo constitucional para consagrar los derechos de la juventud, tales como el uso libre y consciente de las tecnologías de información; el derecho a un trabajo digno y liberador de sus creatividades, la protección a las madres jóvenes; el acceso a una primera vivienda; y el reconocimiento a la diversidad (…)
- La preservación de la vida en el planeta, desarrollando constitucionalmente, con mayor especificidad los derechos soberanos sobre la protección de nuestra biodiversidad y el desarrollo de una cultura ecológica en nuestra sociedad.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus diversos artículos refrenda además que el Estado debe propender hacia una democracia participativa y protagónica, cosa que a lo largo de 18 años ha sido uno de los principales objetivos de todo el pueblo venezolano.
Por esto mismo han surgido diversas formas de organización política territorial y sectorial como los consejos comunales, las comunas (que agrupan a varios de éstos), los consejos de trabajadores en las empresas de propiedad social, los consejos de personas con discapacidad, el explosivo crecimiento de las organizaciones estudiantiles, entre otras.
La convocatoria a la ANC, por tanto, no puede sino reconocer estas nuevas formas de organización social y contribuir a su desarrollo.
No obstante, quizás muchos piensen que con la instalación de la ANC, se resolverán los problemas que afectan a la nación sudamericana.
Desde luego que no, los problemas existentes son producto de la guerra con el imperialismo norteamericano y sus lacayos en el propio país (y en algunos otros lugares) que buscan garantizar para Estados Unidos el control del petróleo venezolano como recurso estratégico, así como provocar una redistribución negativa de la renta que ese recurso natural produce, y retorne al dominio de unas pocas familias.
Sin embargo, la ANC permitirá que la más amplia expresión popular pueda hacer valer sus opiniones y encuentre instrumentos para garantizar el anhelo de paz de los venezolanos y las venezolanas y profundizar el desarrollo productivo del país y la justicia social.
Ante quienes usen la violencia y el terror como forma de coartar los destinos del país, sigue en pie la oferta de paz del gobierno de Maduro, única vía sensata para construir los destinos nacionales bajo principios democráticos y justos.
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Fuentes: La Radio del Sur / teleSUR / Resumen Latinoamericano.