Los menos mandan, los más se inclinan

Pero, por supuesto, tales “virtudes americanas” van más allá, y se extienden tal  sombra macabra al mundo, porque tanto en la Casa Blanca como en el Congreso y otras tantas honorables entidades “democráticas”, como la CIA y el Pentágono, se cocinan acciones destinadas a frenar procesos progresistas que anhelan los pueblos para vivir decorosamente, sin tutelajes foráneos.

Determinadas declaraciones de prestigiosas personalidades, develan con la mayor claridad la gran injusticia que rige en el país de las oportunidades, la misma nación a la que deben seguir los pueblos “en busca de paz y prosperidad”. Veamos unas palabras del famoso economista Joseph Stiglitz: “Prácticamente todos los senadores de Estados Unidos, y la mayoría de los representantes de la Cámara, al ser electos, forman parte del 1% de las personas más ricas de la población del país. Son protegidos en sus cargos por el dinero del 1%, y saben que si sirven bien al 1% serán recompensados por el 1%. El gran poder del 1% es lo que caracteriza el funcionamiento del sistema estadounidense”.

Según manifiesta Manuel E. Yepe, prestigioso periodista cubano especializado en política internacional, “El Congreso de Estados Unidos está dominado por una mayoría de senadores y representantes que son millonarios, con fortunas tales que son como promedio 14 veces superiores que las del estadounidense promedio. Esto significa que los representantes del pueblo no tienen contacto con las mayorías” A lo anterior me permito añadir que ese es el motivo principal por el que piensan y actúan en beneficio de los más opulentos y del sistema que lo crea. Es obvio que un rico piensa más en sus millones que en el hambre de los desposeídos de la humanidad.

Pero esta situación, no se manifiesta únicamente en el territorio norteamericano, lo cierto es que sus tentáculos llegan al mundo y ¡es el peligro mayor! , si tenemos en cuenta que tal Congreso millonario es capaz de trazar leyes que implican un verdadero atropello a la ejecutoria, decoro, y dignidad de muchos pueblos, cuyos gobiernos se niegan a obedecer sus lesivas órdenes.

Son los casos, como ejemplos, el criminal bloqueo impuesto a Cuba durante más de medio siglo, y la Ley de Ajuste Cubano que ampara y estimula la emigración ilegal. Claro, sería interminable la lista de acciones y leyes extra territoriales que, con la mayor naturalidad, promueven para “luchar por la democracia y los derechos humanos”.

Quien aún a estas alturas sea incrédulo, solo tiene que dirigir su vista a lo que ahora mismo sucede en Estados Unidos ante la campaña electoral por la presidencia. Uno de los candidatos, cavernícola multimillonario, de apellido Trump, enarbola ideas francamente fascistas, y ya cuenta con el apoyo de grandes emporios económicos de aquella nación. Así que puede imaginarse los tiempos que vendrán si es electo presidente.

Un religioso diría con toda razón “Que Dios nos ampare”. Para estos señores del capitalismo salvaje todo se ansía y resume en una sola palabra, DINERO. Dinero por encima del derecho y la razón, dinero sin importar los millones de hambrientos, dinero esquivando mirar  a los niños que mueren bajo sus bombas. No importa. Para estos señores el egoísmo es la base del desarrollo.  Nuestro Apóstol  “José Maró”, lo consignaba en uno de sus apotegmas: “El robo, el abuso, la inmoralidad están debajo de esas fortunas enormes”.

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