Marcarán elecciones inicio de nueva era política en España

Por eso, nunca antes, una campaña electoral fue tan reñida; nunca antes, el voto ha estado tan fragmentado; nunca antes, cuatro partidos tuvieron posibilidades de ganar el poder o de ser claves para elegir al nuevo gobierno; nunca antes, el bipartidismo hegemónico del derechista Partido Popular y el socialista PSOE estuvo en duda; nunca antes, dos formaciones emergentes: el liberal Ciudadanos y el izquierdista Podemos, fueron capaces, a poco de su fundación, de revolucionar el panorama político español; y nunca antes, el día después de las elecciones, el próximo lunes, tendría tantas miradas puestas en él.

Las encuestas previas vaticinaron que el gobernante Partido Popular (PP), de Mariano Rajoy, será la fuerza más votada, seguido de cerca por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), los liberales de Ciudadanos y los izquierdistas de Podemos.

Sin embargo, en los últimos dos días, Rajoy y el PP agitaron entre los votantes conservadores el fantasma del miedo a un gobierno de de extrema izquierda, al asegurar que Podemos ya va segundo, por delante del PSOE, mientras que Ciudadanos pasó al cuarto lugar.

Según analistas, Rajoy busca perjudicar a Ciudadanos, la formación emergente que la izquierda identifica como la nueva derecha española y que se alimenta de conservadores descontentos con la corrupción y la gestión económica del Partido Popular.

El PP necesita precisamente reforzar su caudal de votos en el electorado conservador, porque si bien aparece en los sondeos como la fuerza más votada mañana domingo, quedará muy lejos de obtener los 176 diputados que marcan la mayoría absoluta, lo que abre la puerta a la necesidad de pactos para formar gobierno.

Por propuestas coincidentes, la tendencia natural sería una alianza entre el centroderechista PP y el liberal Ciudadanos o entre el socialista PSOE y el izquierdista Podemos.

Pero con la incertidumbre de quien quedará finalmente de segundo, detrás del PP, si el PSOE, Ciudadanos o Podemos con la dispersión del voto entre cuatro partidos con el fin del bipartidismo de conservadores y socialistas y con la eventualidad de que no haya acuerdos para formar un gobierno el día después de los comicios, y las conversaciones postelectorales, tienen una importancia inusitada, por primera vez en décadas.

Lo único cierto, al margen de encuestas y opiniones de analistas, es que no se sabe ciertamente que pasará este domingo en España.

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