Compadre!. Que el mundo está al revés, sí, claro, lo sé. Que la culpa es de los ricos. Sí, lo sé. Que los pobres no luchan lo suficiente. Sí, lo sé.
Y también sé que la derecha es un monstruo; que la izquierda no está bien unida; que el futuro es sombrío si los que sufren no se organizan en cuadro apretado, para combatir tanta maldad y egoísmo bajo la luz de los grandes de este mundo, y la guía insuperable de Martí; bajo el mismo sol que quema pero también alumbra el camino.
Y sé de la apatía, y de la quietud, de los insensibles, cobardes, apátridas sentados en el sillón a esperar lo que vendrá, o dejarlo todo a Dios, dicen, único salvador; el que no debe ser molestado…¿o será para no molestarse? Compadre ¿qué tú crees?
Lo que no sé es cómo el Dios que invocan, solito, podrá enterrar tanta maldad. ¿Logrará evitar que triunfe la muerte, que se desvanezca el egoísmo humano, que no haya presupuestos para la guerra, que el odio quede vencido, que no mueran más niños por bombardeos, o mujeres que deben parir en la oscuridad para traer al mundo otro ser para el sufrimiento?.
Yo sé, yo sé muy bien que hay que desterrar la etiqueta refrigerada, los discursos ampulosos de los ricos. Yo sé muy bien de los que no se comprometen envueltos en su traje de gala, estrechando la mano asesina de los poderosos, inclinando la cabeza y, a la vez, aplaudiendo a los usurpadores de la dignidad y el decoro humano.
Lo sé, muy bien que lo sé. Hace falta una carga-como decía Rubén Martínez Villena- para matar bribones… Se discute, oramos, gritamos, lloramos, exigimos, suplicamos, rechazamos…pero el monstruo está delante riendo, atacando, burlándose, robando, haciendo guerras, o apoyando otras por conveniencia. Sí, claro, lo sé, muy bien que lo sé.
También sé de otras calamidades: el inmenso poder de los grandes medios de comunicación que en un maridaje perfecto acompaña a los poderosos para ratificar, distorsionar, mentir, seguros de su éxito, porque el monstruo perverso también es dueño de esos medios, y así logran diseminar por el mundo la única verdad, la de la barbarie…sí lo sé.
¿Y la solución para vencer tanta maldad? No sé, todavía no lo tengo bien claro, pero, no obstante, quiero solo asomarme al vórtice del abismo y abrazar a mi Maestro Mayor José Martí, cuando dijo: “Los pueblos que se cansan de defenderse llegan a halar como las bestias el carro de sus amos”
ESO SÍ, ESO SÍ LO SÉ COMPADRE