¿Por qué marchamos hoy?

Es una respuesta difícil de responderse a sí mismos para quienes viven una realidad distinta a la nuestra y, con su propia lógica, descifrar la nuestra, tantas veces y durante muchos años víctima de un fogueo propagandístico agresivo cuyo intento único pretende falsear contextos y plantar las sombras del desconocimiento.

¿Por qué marchamos hoy? Porque somos un país independiente que no tiene que dar cuentas a nadie de su actuar soberano.

Porque sobre esta tierra y bajo este cielo no existe el desempleo ni se discrimina por causa alguna, y todos disfrutamos de los mismos derechos y oportunidades.

Porque nuestra salud es gratuita y universal para cada cubano y cubana sin excepción.

Porque el sistema de salud cubano mantiene un sistemático programa de medicina preventiva, y nadie muere de enfermedades curables. Porque la meta central en el orden humano es la calidad de vida de todos y cada uno.

Porque tenemos un índice de mortalidad materno-infantil entre los más bajos del mundo, solo comparados al de los países de primer mundo, a pesar de que se nos impide acceder a tecnologías en salud y medicamentos de punta, muchos de ellos adquiridos a precios muy por encima de su costo.

Porque todos nuestros niños y niñas tienen garantizado su pupitre desde el momento en que comienza su edad escolar hasta que culminan su formación profesional.

Porque en nuestras escuelas no hay reyertas ni tiroteos que sieguen vidas a niños, adolescentes ni jóvenes.

Porque podemos pernoctar tranquilamente en cualquier parque sin temor a que alguien nos agreda.

Porque la práctica y participación en actividades deportivas son un derecho de todo el pueblo.

Porque nuestro proyecto incluye un programa de desarrollo cultural universal, al tiempo que defendemos el arraigo y la identidad de nuestra propia cultura.

Porque tenemos un sistema de democracia participativa directa en el que cada ciudadano aporta iniciativas y es potencialmente decisor.

Porque sabemos que nuestra sociedad, aunque no perfecta, sí es perfectible, y la haremos cada vez mejor sin necesidad de imposiciones ni recetas que vengan de afuera, sino desde nuestra propia autoctonía.

Porque compartimos y seguiremos compartiendo de lo poco que tenemos con los demás pueblos con la única meta de vivir en un mundo solidario y más humano; un mundo en que nos comportemos como hermanos.

Porque abogamos decididamente para que América Latina sea una zona de paz, y que el mundo entero también alcance este noble propósito.

Porque nuestro modelo de Socialismo es nuestro, a nadie se lo hemos pedido prestado, y estamos empeñados en hacerlo cada vez más próspero y sustentable.

¿Por qué marchamos hoy? Porque estamos inspirados en las ideas de Martí y de Fidel; en nuestro Partido, junto a Raúl y la Generación Histórica, y junto al compañero Miguel Díaz-Canel, actual Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y la joven generación que da continuidad a este proyecto inédito en América Latina.

Por todo eso y más: porque somos un solo pueblo unido, comprometido y victorioso.

 

 

 

 

 

 

 

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