Radio Rebelde: 60 años de combate

Al tener las fuerzas rebeldes dos órganos de difusión tan importantes desde el punto de vista político -el periódico el Cubano Libre, impreso en mimeógrafo, y Radio Rebelde, ambos fundados por el Comandante Ernesto Che Guevara-, se lograba una victoria a través de la palabra y el mensaje revolucionario.

En ambos medios los contenidos se regían bajo el principio orientado por Fidel y recordado por Raúl, de que todo lo que difundieran debían tener como objetivo el esclarecimiento, la orientación y la  movilización de  las masas, ante todo diciendo la verdad.

El surgimiento de una radio clandestina, con la potencia suficiente para llegar a la mayor parte del territorio cubano, y fuera de sus fronteras, sorprendió y puso en jaque a las estructuras represivas y técnicas del régimen batistiano. 

Aún con la férrea censura aplicada a todos los medios de información, incluyendo la radio y la televisión, Radio Rebelde empezó a romper el cerco mediático, y de desinformación impuesto por la dictadura de cuanto estuviera relacionado con la lucha armada en la Sierra Maestra, y también en ciudades y pueblos.

Inolvidables fueron aquellas primeras transmisiones localizadas en la banda de 20 metros, en onda corta, -y que se podían sintonizar en dos emisiones diarias,- una  a las 5 pm y la otra a las 9 de la noche.

Aquella identificación de «Aquí, Radio Rebelde», en las voces de sus primeros locutores Orestes Valera y Ricardo Martínez -revolucionarios procedentes de Radio Mambí, emisora habanera-, y posteriormente con Violeta Casal, Olga Guevara y Jorge Enrique Mendoza, concitaba un llamado a la combatividad, y más aún, cuando las transmisiones se iniciaban con el vibrante Himno Invasor del Ejército Libertador Cubano, el cual sería sustituido posteriormente por la marcha del 26 de Julio.

En pocos meses, Radio Rebelde se multiplicaría según se fueron creando distintos frentes guerrilleros, como fueron el II Frente Oriental Frank País, el III Frente Mario Muñoz Monroy y el IV Simón Bolívar.  Cada uno con indicativos diferentes y teniendo como la planta matriz a la Radio Rebelde, órgano oficial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.

¡Cuánto ayudó la Radio Rebelde a la unidad de la diáspora revolucionaria que se hallaba en distintos países de nuestra América, a recibir informaciones precisas y veraces de  lo que acontecía en Cuba, del proceso de la lucha contra la dictadura!  ¡Cuánto ayudó dicha emisora a que los cientos de exiliados políticos contribuyeran económicamente, aún en medio de grandes limitaciones, a los fondos de la Revolución!

Las transmisiones de Rebelde se copiaban por Radio Caracol, de Colombia, y la Voz de Quito, en Ecuador, a partir de la programación de Radio Continente, de Caracas, Venezuela, diseminándose, a la vez, por otras estaciones de la región.

En la  vida de Radio Rebelde resaltó la estabilidad de su personal, encabezado por Luis Orlando Rodríguez, de larga trayectoria en las filas de la ortodoxia  y quien fuera el director del periódico La Calle, suspendido incontables veces por la dictadura por los contenidos de sus editoriales.

Bajo sus órdenes se hallaban los locutores ya mencionados, y de manera muy especial Eduardo Fernández, los hermanos Ciro y Hugo del Río, y el radiotelegrafista Orlando Payret, enviado del movimiento clandestino desde La Habana, y quien tuvo a su cargo el manejo de las claves secretas para la comunicación desde la Comandancia del Ejército Rebelde y hacia ésta.

Había sido una decisión de Fidel para agilizar las comunicaciones, y disminuir el riesgo que corrían los mensajeros enviados a distintos lugares.

Con el funcionamiento y desarrollo de Rebelde, el periodismo y la locución se elevaron a los más altos niveles para orgullo de los que honestamente desempeñaban esas profesiones en los diferentes medios del país. Las voces de los locutores llegaron a ser  familiares para la población, en general.

En las ciudades y pueblos, en el silencio de las noches, con el audio al nivel más bajo posible, los combatientes clandestinos y los cubanos sintonizaban la planta guerrillera.

El triunfo del 1ro. de enero de 1959, no supuso el cambio de nombre, ni mucho menos el fin de sus transmisiones. Por el contrario, se reinstaló en La Habana, continuando como la voz de la orientación y la verdad.

A partir de entonces,  Radio Rebelde tuvo como primera directora a Vilma Espín Guillois, Heroína del Llano y de la Sierra. Después, esa responsabilidad sería ocupada por Violeta Casal, quien electrizaba con su voz al oyente al dar la identificación de la radioemisora desde la Sierra Maestra.

Desde entonces, Rebelde ha representado un fiel y firme baluarte de la Revolución y en los tiempos que corren marcha a la vanguardia en el combate contra la guerra mediática y los planes de subversión organizados y financiados por el gobierno estadounidense y sus lacayos.

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