Revolución, una sola

Que nadie piense que en este momento crítico, que en este momento sensible, la Revolución no será atacada. Soy tajante porque quiero que lo entienda. Hay avisos y mensajes y campañas preparándose por todas partes (unas más visibles, otras más subliminales) para herir la estructura social que nos sostiene. No sería la primera vez que aprovechan circunstancias adversas, no sería la primera vez que intenten jugar a la política de la fruta madura.

La petición de un “corredor humanitario de medicamentos” que se ha ido extendiendo, por debajo del tapete, como alternativa al déficit, es una rotunda falsedad camuflada que intenta desplazar uno de los más grandes baluartes de nuestro proceso: la salud como derecho universal, en igualdad de condiciones para todos.

No se deje engañar. La “macroidea” es declarar una situación de ingobernabilidad sanitaria para que se autorice al libre mercado de medicamentos, a través de la importación sin aranceles. Se intenta pasar esta petición como “medida humanitaria” pero, como leí recientemente, lo que se quiere es abaratar un negocio que ya es, de por sí, mezquino y desigual, para que el día de mañana «Fulano, el que viaja», tenga una farmacia particular en su casa a la que accedan “los que puedan” comprar.

Esta Revolución se hizo precisamente para acabar con eso. Es absurdo y excluyente lo que se solicita, y lo es aun más cuando no se pide el fin del Bloqueo (principal causante de la ausencia de medicamentos en la Isla) ni se solicita la solidaridad internacional por las vías correspondientes, porque claro, eso les tumbaría el negocio a los ideólogos del liberalismo sanitario.

Hay una situación epidemiológica compleja en el país: justamente el escenario que se espera desde Washington para atacar fuerte, y lo harán a través de las organizaciones, medios y actores que siempre lo hacen. Debemos estar atentos desde hoy porque la campaña mediática comienza a jugar su rol en la búsqueda del caos. Será el momento para dejar expuesto al socialismo cubano como un modelo ineficaz y a sus instituciones como aparatos inmóviles e incapaces de resolver los problemas de los ciudadanos; aunque irónicamente en la mayoría de los países desarrollados, con esos “modelos económicos perfectos”, los muertos son decenas de miles (centenas en algunos casos) más que en el nuestro. Ni hablar de la diferencia con los países latinoamericanos como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, donde la gente se muere en el portal de la casa o los tiran a la calle, como hemos podido ver en imágenes por todas las redes sociales.

Para quien le venga a decir a usted que “no comparemos con otros países”, respóndale “sí, sí lo hacemos”. Es necesario hacerlo para que nadie venga a hacernos el cuento de la “buena pipa”, que en verdad es bien mala y bien tóxica. Porque cuando se trata de atacar al socialismo en el actual escenario, se hace con la perversa aspiración de implantar en Cuba un neoliberalismo, en donde toda la situación que existe actualmente se agravaría muchísimo más, y hasta Biden sabe eso, pero no le importa: al final lo importante es que los intereses hegemónicos primen por encima de la vida de la gente.

Cuando traten de atacar al socialismo por la actual situación epidemiológica, mire, póngale un STOP al que lo hace y pregúntele qué solución plantea para nosotros si la mayoría de los demás países del mundo están mucho peor. Pregúntele, además, si tan fracasado es el socialismo, por qué tenemos 2 vacunas TOP en el mundo, reconocidas incluso por revistas científicas de los Estados Unidos, y otras candidatas en desarrollo. ¿Por qué varias de las grandes potencias del mundo no tienen vacunas propias y Cuba sí? ¿Por qué declarar a Cuba en emergencia sanitaria cuando hay muchísimas naciones mucho peor que no están declaradas así?

Hay que protegernos del coronavirus y de una oposición oportunista que afila sus garras carroñeras. Así que no es momento para quedarse de brazos cruzados.

Es momento para unirnos y ser ese grupo sólido que avanza a pesar del Bloqueo de Estados Unidos, más criminal aún por afianzarse en un momento como este. Es momento para señalar al dirigente que está tomando decisiones precipitadas y que no está con las botas puestas. Es momento de distribuir lo mejor posible y priorizar con un análisis profundo del contexto. Es momento de sumar a todo el que quiera ayudar, mientras sea en beneficio de las mayorías sociales. Es momento para exigir que se cumplan las medidas que se dicen y se repiten en la radio y en la televisión, pero que a veces en la práctica no se desarrollan. Es momento para enfrentarnos a los inconsecuentes y llamarlos a la cordura, a la paciencia, a la reflexión colectiva. Nada es más revolucionario que eso.

Es momento de trabajar, de hacer, de controlar, más que decir. Es momento de ser sincero con la población porque en este escenario una mentira, por pequeña que sea, es una irresponsabilidad mayor y una falta de respeto. Al pueblo, de frente y con la verdad. Es momento de creer que “SÍ, SE PUEDE” porque esa frase no puede estar solo pintada en la pared, tiene que ser una convicción diaria. Hoy más que nunca. Se puede porque siempre se ha podido y porque ellos, a lo más que le temen, es que nosotros siempre andamos, a pesar de que intentan cortarnos los pies. Se puede porque como dijo el profesor Estevez Rams: “problemas tenemos miles, Revolución una sola”.

*Escrito por Pedro Jorge Velázquez, tomado de Bufa Subversiva

 

Autor