Un presidente bandido

¿Cómo es posible?,  fue la pregunta que recorrió el mundo: ¿Un genocida y corrupto indultado? Pues sí es posible ante el asombro de todos.

Pero no solo fue el indulto. Como se conoce, de una condena inicial de 25 años, Fujimori sólo cumplió menos de la mitad, es decir 10. Además, siendo un verdadero delincuente vivió tal período en condiciones extremadamente cómodas sin codearse con los presos comunes.

Pero no bastó, porque la infamia se multiplicó con creces ya que ahora reside en una nueva mansión ubicada en uno de los barrios exclusivos de Lima, la capital. peruana.

Para el actual gobierno no importan las protestas populares contra esa decisión, lo que nos otorga el derecho de sospechar  algo que se oculta detrás de las cortinas.

Si es el dinero no lo puedo asegurar, pero tampoco lo dudo. ¿Será pagando favores recibidos antaño? ¿Será por quedar bien con la mafia, o por miedo?  ¡Vaya usted a saber!

Lo cierto es que el señor Kuczynski ha echado fango sobre su propio pueblo y, digo más, sobre su propia historia, su hermoso país repleto de recursos naturales, y hasta el rebelde Tupac Amaru y la rica historia cultural representada por el Inca Garcilaso de la Vega, César Vallejo, y Chabuca Granda, entre otros personales célebres.

La trayectoria de Fujimori es muy oscura. Inició su gobierno en 1990 siguiendo los lineamientos del llamado Consenso de Washington; paralelamente se fue creando un poderoso proceso de corrupción que llegó a catalogarse como Cleptocracia.

En tal sentido llegaron a difundir filmaciones en las que se mostraba el soborno a algunos congresistas de la oposición y empresarios.

Estos graves hechos y muchos más lo obligaron a refugiarse en Japón, país del cual era ciudadano. Recientemente se marchó de su encierro tal si fuera un honesto y humilde anciano para continuar con sus privilegios. Es decir, dejó de ser un corrupto acusado también por crímenes de lesa humanidad y ahora se nos presenta incólume como si nada sucedió.

Entonces lleguemos a una conclusión. Hay dos tipos de delincuentes: uno es el común representado por aquellos que pertenecen a capas inferiores; y otro es el de cuello blanco que, incluso, llega a ser presidente de una nación.

Claro, la infamia se viste con distintos ropajes. Este asombroso indulto nos recuerda el de aquella señora de nombre Mireya Moscoso, presidenta de Panamá, la que indultó a un terrorista internacional, el tenebroso Posada Carriles, desgraciadamente nacido en mi Cuba. No quiero calificarla, quizá debo hacerlo, pero en ese caso me vería en la obligación de irrespetar su condición de mujer. Allá ella con su conciencia.

De seguro se incrementarán las protestas populares denunciando tanta villanía y desprecio al pueblo, pero a estas alturas  no será fácil enviarlo nuevamente a la cárcel. En todo caso, eso sí, las masas deberán actuar para evitar que lleguen otros Fujimori, y cuando entre en escena algún simulador a dirigir al digno pueblo peruano, pues sencillamente aplastarlo como a un insecto dañino.

«Los pueblos, como las bestias, no son bellos cuando, bien trajeados y rollizos, sirven de cabalgadura al amo burlón, sino cuando de un vuelco altivo desensillan al amo». José Martí.

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