Una coalición para la paz mundial

Para su organización y conformación el llamamiento quedó hecho y formó parte del compromiso respaldado por los 300 participantes en el V Seminario Internacional por la Paz y la Abolición de las Bases Militares.

Dicho evento reunió en Cuba a luchadores por la paz de 25 países en la ciudad oriental de Guantánamo, por ser la provincia de igual nombre sede del enclave militar estadounidense más antiguo fuera de sus fronteras, que ocupa 117 kilómetros cuadrados de la bahía de esa urbe.

En la actualidad suman más de mil 100 las bases militares en el mundo y de ellas 850 son de Estados Unidos, esto ya es motivo totalmente justo para que nos reunamos e insistamos en dar a conocer los daños que causan la existencia de esas bases, aseguró Silvio Platero, presidente de Movimiento Cubano por la Paz.

El foro, que tiene lugar en la isla cada dos años, es un encuentro que gana en calidad, en participación y profundidad de los temas que se discuten y se evalúan, aseveró Platero.

Añadió que los asistentes coincidieron en la realización de esta cita en Guantánamo hasta tanto ese territorio cubano siga ocupado ilegalmente por Estados Unidos.

Comentó que la reunión se enriqueció con los testimonios verbales y gráficos acerca de los atroces efectos que ocasionan las instalaciones militares en las zonas donde se imponen.

Ejemplificó con lo expuesto sobre la región japonesa de Okinawa, donde radican 34 bases de Estados Unidos, por lo que cada vez es menor el espacio para habitar la población.

Una de las premisas que rigió la reunión efectuada del 4 al 6 de mayo sostuvo que las bases militares constituyen una de las principales amenazas para la sostenibilidad de un mundo en paz.

Por su parte, María Do Socorro Gomes, presidenta del Consejo Mundial por la Paz, resaltó que la coalición mundial servirá además como plataforma para promover una cultura de paz y divulgar las amenazas que representan para el mundo el incremento de las bases militares.

Subrayó que es claro el objetivo de Estados Unidos con el incremento de esas instalaciones: controlar y saquear los recursos naturales de los países, además de intimidar a los pueblos y asegurar gobiernos sumisos al imperialismo.

Precisó que la realización de este seminario de forma periódica es el espacio para reafirmar el rechazo a la expansión bélica norteamericana por el mundo, desde las Islas Malvinas hasta Japón, de Guantánamo a Djibutí.

La instalación de nuevas bases militares y la apertura de otros enclaves operativos avanzados en América Central, en el Mar Caribe y en Sudamérica y, desde 2008, la reanudación de la Cuarta Flota Naval de Estados Unidos en el Atlántico Sur, son piezas del mismo juego.

Uno de los principales reclamos de los presentes fue la devolución del territorio ocupado a su legítimo dueño: el pueblo cubano, lo cual se reflejó en la declaración final del encuentro, en la cual además se comprometieron a fortalecer la lucha mundial contra el terrorismo y las campañas internacionales por un mundo de paz sin armas nucleares, químicas y bacteriológicas.

También se empeñarán en alertar a los pueblos sobre los peligros de una conflagración nuclear mundial de incalculables consecuencias para la humanidad y a denunciar sistemáticamente la agresión e injerencia económica, política y militar de Estados Unidos y sus aliados.

Los pacifistas coincidieron en reafirmar la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz como el compromiso político de mayor envergadura adoptado por todos los Estados de la región.

 

 

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