El pez gato caminante en la Florida: Nuevas revelaciones sobre un tema siempre polémico

Treinta y siete años después, el temor a este pez Frankenstein ha rodado por el suelo, dijo Paul Shafland, director del Florida Fish and Wildlife Conservation Commission’s Non-Native Fish Research Lab, en Boca Ratón.

“Ciertamente no tuvo ninguno de los efectos catastróficos asociados originalmente a su descubrimiento en la Florida”—declaró. “Sin embargo seguimos considerándolo problemático. Nos gustaría que no estuviera aquí.”

El pez gato caminador, Clarias batrachus, respira aire y puede realizar cortas migraciones sobre la tierra, lo que hace (en ocasiones) después que la lluvia crea charcas o inunda el campo. Mientras otros peces exóticos viven debajo de la superficie, este nativo de Asia del sur acapara cintillos por su desplazamiento en tierra.

“La gente ve un pez fuera del agua y esto tiene asociado una buena dosis de  sensacionalismo”, afirma Shafland.

Se buscan pruebas…

El pez gato cubre mucho terreno muy rápidamente una vez que ha encontrado un lugar propicio al aire libre. Se ha propagado por canales interconectados y otros medios…

És una de las 34 especies de peces exóticos en la Florida, tiene amplia distribución y es “localmente abundante”, explica Shafland. Se ha dispersado por 20 condados en diez años, según el Museo de Historia Natural de la Florida. Pero los científicos afirman que su número parece haber disminuido entre 1980 y 1990, después de un boom inicial.

“Hemos visto eso con muchos peces introducidos”, ha dicho Hill Loftus, investigador ecologista del Geological Survey, basado en el Parque Nacional de los Everglades. “Los predadores comienzan a golpearlos, el alimento disminuye y su proliferación se detiene”.

“La población no colapsa —agrega—, sino que alcanza una especie de balance con el medio ambiente”.

La ausencia de impactos serios visibles a causa del pez gato caminante, sugiere que el ecosistema acuático es más resistente a las alteraciones de lo que comúnmente los ambientalistas perciben —concluyó Shafland.

En 1970, un artículo en Smithsonian Contribution to Zoology describía que posiblemente, la incursión del pez gato caminante en la Florida era la introducción más dañina nunca vista en cualquier área de Norteamérica. Un renombrado científico en peces exóticos, llamó en 1968 al pez gato caminante “un monstruo”.

No obstante, en el medio acuático, “una vez que una especie exótica se establece, es imposible eliminarla”—sentenció Shafland. Ocasionalmente el público reporta al pez gato caminante cruzando las carreteras.

“La pregunta de si estos peces están causando daños ecológicos, aún hoy está sin respuesta, señala Loftus. A juzgar por la escasa población que vemos normalmente, es poco probable que tengan un impacto importante”.

Pero si no se aprecia una afectación a la naturaleza, el pez gato caminante se ha vuelto seriamente contra el negocio que lo introdujo por accidente en el medio ambiente de la Florida: la acuicultura.

La especie realiza incursiones en los estanques de las granjas de cultivo de peces, donde afectan la cosecha. Los granjeros acuícolas han respondido construyendo vallas o cercados para mantenerlos alejados de sus instalaciones.

El verdadero problema con el pez gato caminante, es cuando se meten en los estanques acuícolas —sentenció Shafland.

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